PRD ¿transición al olvido?
Este 5 de mayo el Partido de la Revolución Democrática llega a su trigésimo tercer aniversario, sin embargo, cuenta con una historia centenaria al ser el producto de la espiral dialéctica del desarrollo de la izquierda desde comienzos del siglo XX. En su primera etapa, el Partido Comunista Mexicano fue fundado en 1919, tras las pérdidas de su registro en el 29 y el 51 del siglo pasado, fue esta organización la que con su registro legal diera origen en su síntesis como Partido Socialista Unificado de México (PSUM), y posteriormente, el Partido Mexicano Socialista (PMS) los que darían origen al PRD. Por lo cual, un planteamiento tridimensional de su historia sugiere pensar en un futuro como síntesis de su pasado y la antítesis de su presente.
El Partido de la Revolución Democrática, como su nombre lo indica, ha sido siempre una fuerza política que apuesta por el cambio dentro del sistema de reglas democráticas y construcción de las instituciones para un México más justo, equitativo y con desarrollo sostenible.
El PRD y sus partidos antecesores han librado batallas fundamentales para llevar a los movimientos guerrilleros tanto en el campo como en la ciudad a la contienda política pacífica; como al principio de la década del 90’ apostar por la construcción del régimen de la transición democrática ante un escenario político adverso tras la elección de 1988 y la infame “caída del sistema”.
En tan sólo su tercer congreso nacional el Sol Azteca decidió apostar de lleno por la integración de un andamiaje institucional moderno, autónomo y democrático para el país. Sin la aportación del PRD no se entenderían la existencia de instituciones como la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) o el Instituto Nacional Electoral (INE).
Hoy quienes están al frente del PRD tienen dos opciones, solo dos opciones, apostar por la transición pactada hacia el olvido, cerrar las puestas y apagar la luz del edificio de Tollocan #911 o armarse de valor y jugarse el todo por el todo a una mano con su militancia más fiel y hacer una proeza que los lleve como hace seis años a soñar con ganar la gubernatura y a recuperar el territorio perdido.
A 33 años de la fundación del Sol Azteca, una cosa es clara, el México de hoy no se puede explicar sin el PRD, pero depende de sus dirigentes si quieren que el México del mañana se construya con ellos o con ese movimiento comodino llamado Morena.