La polarización continental
Con sus coloridos matices y graves incongruencias particulares, el continente americano se ha inclinado en lo general hacia una política partidista más progresista en los últimos años. Tras el triunfo presidencial de Andrés Manuel López Obrador en México, siguió el de Alberto Fernández en Argentina, el de Luis Arce en Bolivia, Xiomara Castro en Honduras, Gabriel Boric en Chile, Gustavo Petro en Colombia y apenas el dramático regreso de Lula da Silva en Brasil.
En contraste, por el norte continental todo indicaba anoche otro dramático resurgimiento electoral: el del fantasma de Donald Trump a través de la victoria del Partido Republicano en estos comicios intermedios especiales de EU, marcando así una interrogante sobre las tensiones que se irían agudizando entre el establishment del país norteamericano y los del resto de la región.
¿Se abrirá en el porvenir un escenario más cotidiano y endurecido de confrontación entre intereses y posiciones políticas, económicas y sociales divergentes del polo estadunidense y el latinoamericano?, ¿qué papel jugarán en esta bipolarización continental potencias como China y Rusia, o zonas integradas como la europea?
Más allá de discursos y arengas, ¿qué tanta es la consistencia real de las posturas aparentemente progresistas y reaccionarias de ambos bloques y qué tanto son a final de cuentas meras expresiones retóricas variadas de un modelo hegemónico que aunque esté en crisis permanecerá intacto y unificado?
Con Javier Sicilia al frente, justo hace diez años, un grupo de víctimas mexicanas de la llamada guerra del narco cruzó al territorio estadunidense para viajar de Los Ángeles a Washington durante un mes, denunciando en pueblos y ciudades el daño provocado por el injerencismo de la política antidrogas americana.
Aquel esfuerzo inconmensurable, liderado además por un poeta, representó también un intento real —y de portentoso simbolismo— que quizá podría retomarse hoy para buscar, más allá de oficialismos del norte y el sur, vínculos de colaboración cultural
_ y resistencia social entre colectivos y organizaciones de ambos polos, a fin de burlar la siniestra lógica de acaparación del poder interno que incrementará en cada país la polarización continental en marcha.
¿Qué papel jugarán en este escenario potencias como China y Rusia?