Black Panther.
El camino blanco a Hollywood
AJosué lo mueve la pasión por la cultura que representa y la actuación, por eso se dedicó a hacer audición tras audición sin importar cuántas veces lo hiciera, porque estaba seguro de que sus pasos no iban solo tras un sueño, sino por un sacbé (el camino blanco de los mayas).
Ello le valió que los productores de Marvel se dieran cuenta del tesón del joven nacido en Tecoh, Hopelchén, y lo escogieron para un papel en la cinta número 30 del Universo Cinematográfico de Marvel: Wakanda Forever.
“En todo mi trabajo que he hecho como artista y como actor siempre he llevado por delante la cultura y mi lengua, es lo que me ha permitido ser claro y transparente. Llego con esto (a los castings) y digo yo soy esto. Creo que parte de lo que me ha dado de comer tiene que ver con mi trabajo actoral y mi cultura. Siempre lo he combinado”, señala Josué con un gesto de satisfacción detrás de su sonrisa.
Con mirada rasgada y profunda, su negra me lena larga, queda la idea de un garra de jaguar ounPak al, asegura que una de las razones por la que está donde está es “porque soy maya y hablo la lengua”.
No obstante, confiesa que el sistema es duro: “La industria cinematográfica es difícil porque las oportunidades grandes siempre son para las personas blancas; los morenos siempre hacemos papeles pequeñitos. Ahora se están abriendo más”.
Después de haber estado en la alfombra roja de Hollywood, con actores altamente cotizados, Josué llegó a Campeche. Su trato es cálido, sencillo; también refleja seriedad, fortaleza no solo por su atlética figura y su juventud, sino por pasar entre los campechanos de manera tan natural, dejarse fotografiar e incluso interactuar con la gente.
El racismo
Josué estudió primaria y secundaria en Tecoh, después Administración en la ciudad de Campeche; hizo los estudios de teatro en el Centro Cultural El Claustro, en un programa de formación que ya desapareció. Hizo muchos amigos en el mundo del arte campechano y esta vez demostró que no se olvida de ellos.
Para él, uno de los grandes problemas en México y de la industria fílmica es el racismo.
“Es un tema difícil, en las redes sociales siempre leemos comentarios, a favor y en contra, de que (los indígenas o los mayas) estamos trabajando… pero el racismo y la discriminación están en todo México; es un país sumamente racista, el racismo está entre nosotros, entre la gente morena; ahí estamos siempre pensando que la gente blanca es la más bella. Nació el sobrinit oque tiene los ojos claros entonces es el más bonito de la familia”.
“Los seres humanos siempre estamos criticando la apariencia, porque tenemos una obsesión con la belleza”, considera.
Desde pequeño May Chi deseaba ser actor. “En algún momento pensé que quería ser médico porque creí que ser actor era algo que no iba a suceder en mi vida, por el sistema en el que vivimos; las personas con nuestros rasgos físicos y del lugar en el que venimos, no nos veíamos en la televisión o en el cine, pero es siempre lo que quise ser, entonces, justo reflexionaba que se hizo real”.
De vuelta
Al llegar a Hopelchén, Josué May se reencuentra con su tierra, con su lluvia, con sus padres que suelen labrar la tierra. “Ellos están muy felices, no dimensionan mucho cómo es este mundo del arte, del teatro pero están muy contentos”.
Sus ojos, en los que se ven las estrellas del campo maya, se iluminan al ver a su hijo.
Para él, todo lo que representa su comunidad, las creencias y las costumbres, no son parte de un folclor, sino de una forma de vida que conlleva amor y respeto. Por ello, ve en su causa el no comercializar las tradiciones mayas.
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“No son cosas folclóricas en las que tienes que vestirte de cierta manera; vemos cosas en X car et, por ejemplo, con penachos y plumas, ropa blanca… nada qué ver, esto es distinto. La gente de las comunidades lo hace porque cree en ello ”.
“Es importante poner un granito de arena para que se pueda escuchar nuestra lengua, las lenguas originarias, porque estamos aquí, luchando para que no desaparezca”