Amabilidad mexicana según Ricardo Monreal
La amabilidad mexicana es un rasgo del carácter nacional que gracias a Ricardo Monreal se convirtió este fin de semana en un elocuente argumento político contra la retórica de Andrés Manuel López Obrador.
“Los mexicanos hablamos con gentileza y respeto (pero) ahora escuchamos un tono fuerte, agresivo (y) humillante”, dijo durante el acto político organizado el sábado para lanzar formalmente su candidatura presidencial.
Monreal tiene 26 años de hacer política con el Presidente y por ello lo tiene mejor visto que la inmensa mayoría. Bien dice el refrán que para que la cuña apriete ha de ser del mismo palo.
En el tiempo que la voz del mandatario lleva hegemonizando el escenario político, ningún opositor había encontrado el arco y la flecha que pudiesen herir así la retórica lopezobradorista.
El principal problema no son sus causas sino su tono, su estilo, sus énfasis discursivos. Ciertamente el Presidente es una máquina para fetichizar la ruptura. La sociedad mexicana, como cualquier otra, exhibe fracturas, pero la retórica lopezobradorista ha abusado de ellas para construir y magnificar su proyecto político.
En vez de reconocer como virtud la diversidad mexicana, el mandatario la achica cada día peor. Monreal reclama que, a través de la descalificación reiterada, el país se esté reduciendo a dos opuestos: “buenos y malos, ricos y pobres, morenos y güeros, correctos o equivocados”.
El aspirante a presidente no mencionó en su discurso a López Obrador porque no era necesario. Dirigió en vez de ello su mensaje a quien no siente identificación con el resentimiento, el enojo y las ganas de colgar corruptos en los postes de cada esquina. Calcula bien Monreal que el relevo del liderazgo presidencial en 2024 no se dará a partir de un contraste entre ofertas ideológicas o partidarias, sino entre estilos distintos de hacer política. Él apuesta por un estilo reconciliatorio porque supone que la mayoría del electorado no tardará
_ en llegar al punto de saturación.
Zoom: sin la pedagogía pendenciera de López Obrador en la boleta, difícilmente serán mayoría en 2024 los promotores del empellón político y la descortesía rabiosa.
Bien dice el refrán: para que la cuña apriete, ha de ser del mismo palo