Ticketmaster abusa
Todo mexicano que ha ido al Corona Capital este fin de semana, o a cualquier concierto, ha sido sujeto de lo mismo: pagarle a Ticketmaster hasta el 20% del costo del boleto. Esto no es normal. En otros países no es así. En el Velodrom de Berlín las cuotas de Ticketmaster son de 3%. En el Mediolanum Forum de Italia de 6%. Y en el AFAS Live de Ámsterdam del 11%. Lo mismo pasa con el Cirque Du Soleil. En México hay que pagarle a Ticketmaster el 20%. En Copenhague solo el 7% y en Barcelona el 14%.
En otros países Ticketmaster es otro. En Estados Unidos, por ejemplo, la empresa reembolsa el costo de emisión de boletos de eventos pospuestos. En México se niegan a hacerlo porque dicen que para los mexicanos “aplican diferentes derechos”.
Y en eso tienen razón. En México, Ticketmaster tiene el derecho de tratarnos como consumidores de segunda porque la ley así lo permite. Esto debe cambiar.
Ticketmaster le da la vuelta a todos, incluso a la Cofece. En 2016, la Cofece reveló que Grupo CIE (empresa de Ticketmaster, Ocesa y otros) mantenía contratos de exclusividad con varios inmuebles y controlaba el 65% del mercado. Ticketmaster sabía que esto podía configurarse en una conducta sancionable y, al verse acorralado, prometió eliminar sus cláusulas de exclusividad por 10 años y otras conductas. El tiempo pasó y Cofece se dio cuenta de que Ticketmaster no había cumplido a cabalidad con sus promesas. ¿Y qué creen que pasó? Cofece le puso una multa irrisoria de solo 1.3 millones de pesos. Para poner esto en perspectiva, esto sería equivalente a que el mexicano promedio pagara una multa de 24 pesos.
Ticketmaster también le da vuelta a Profeco. La empresa ha decidido no ser parte de Concilianet o Conciliaexprés y la Profeco no puede obligarla. Esto hace que cualquiera que desee quejarse de Ticketmaster tenga que ir en persona y de 8:30 a 15:00 horas a una de las 38 Oficinas de Defensa del Consumidor que existen. Es decir, Ticketmaster se esconde en la burocracia para no rendir cuentas.
Limitar el abuso de Ticketmaster requiere cambiar la ley. Primero, la ley federal de competencia fue diseñada para que parezca que la Cofece puede sancionar con mucha fuerza, pero en la práctica sea extremadamente difícil lograrlo. La Cofece tiene que comprobar una serie de supuestos complejísimos ante jueces que, con demasiada frecuencia, no entienden. Así, un buen abogado siempre puede darles la vuelta.
En Europa la ley establece que si una empresa tiene un cierto porcentaje del mercado (como Ticketmaster) se puede tener la presunción ex ante de poder de mercado. Además, los sobreprecios per se son conductas potencialmente sancionables. En México no. Ello sin contar que el 81% de las multas impuestas por Cofece en 2021 no pudieron ser cobradas.
Segundo, la ley de protección al consumidor debe hacer que todas las empresas grandes sean parte de mecanismos de conciliación por internet y facilitar procedimientos de acción colectiva contra abusos. Al respecto, celebro que Profeco ya haya empezado uno contra Ticketmaster (súmate aquí y
_ conoce el trabajo de Tec-Check).
Hay mucho por hacer. De acuerdo con Goldman Sachs “el futuro crecimiento de Ticketmaster será impulsado por su mercado internacional”. Es decir, por México, por ti, por mí y por todos los consumidores que en este país tenemos “otros derechos”.
En México tiene el derecho de tratarnos como consumidores de segunda porque la ley así lo permite