Misión cumplida
Hace cuatro años asumí la Presidencia de la Corte en un momento muy complejo para el Poder Judicial federal. Los señalamientos de corrupción, opacidad y derroche en su contra lo habían convertido en blanco de ataques y diversas iniciativas de reforma amenazaban con minar su independencia.
Ante tal escenario nos comprometimos a cambiar el rumbo. Apostamos por un proceso de diálogo y autocrítica sin precedente, que condujo a la reforma más ambiciosa al Poder Judicial desde 1994. Un proyecto de cambio profundo, para recuperar la confianza de la ciudadanía y servir mejor al pueblo de México.
El próximo 31 de diciembre termina mi encargo. Cuatro años después es momento de mirar atrás. ¿Cómo dejamos al Poder Judicial?¿Cuál es el balance para la justicia mexicana?
Dejamos un Poder Judicial que no tolera la corrupción, con mejores herramientas para sancionarla, y mediante la desarticulación de las redes de influencia que lastimaban la integridad de la función judicial, así como un sistema meritocrático, alejado del nepotismo y el tráfico de influencias.
Dejamos un Poder Judicial premiado a escala internacional por su compromiso con la igualdad de género. En el que todos los concursos son paritarios o exclusivos para mujeres. Que en solo cuatro años nombró a 274 juezas de distrito —más de 51% de todas las juezas que se han nombrado desde 1995— lo que representó un aumento de 20% a 40%; y de 20% a 30% incluyendo magistradas de circuito. Dejamos, sencillamente, el mayor número de mujeres juzgadoras en la historia del Poder Judicial federal.
Dejamos una institución que combate la violencia de género y los techos de cristal, que brinda atención integral al acoso y al hostigamiento sexual con áreas especializadas en la materia, que otorga licencias de paternidad de 90 días pagados y permisos de lactancia ampliados, y con una política de adscripciones con perspectiva de género e interseccional, todo ello bajo un modelo de cor responsabilidad y de conciliación de la vida familiar y laboral.
Con la reforma judicial la Corte quedó fortalecida como tribunal constitucional, enfocado en resolver los asuntos más relevantes para los derechos humanos, y capaz de impactar en la vida de la gente desde la primera sentencia mediante el juicio de amparo.
Dejamos una justicia federal comprometida con las personas más pobres y vulnerables de nuestro país. Un auténtico servicio de defensoría pública, capaz de alcanzar todos los rincones de nuestro país, y que a la fecha ha logrado la liberación de 41 mil personas pobres que estaban injustamente en prisión.
Dejamos una Escuela Judicial de excelencia, que forma jueces y juezas con sensibilidad y pensamiento crítico, capaces de dar soluciones claras y justas a los casos que resuelven. Una carrera judicial en la que progresar ya no depende de tener contactos y relaciones, sino del esfuerzo individual, pues la Escuela capacita y concursa todas las categorías, con reglas que aseguran la meritocracia, la profesionalización y la igualdad de oportunidades.
Dejamos el sistema de justicia digital más completo y avanzado en el mundo, en el que todos los asuntos que resuelven los tribunales federales, con independencia de la instancia y materia, pueden promoverse en línea, en cualquier dispositivo móvil, desde la palma de la mano. Dejamos una nueva forma de comunicar, con información accesible y de calidad para difundir la cultura de los derechos humanos en todas las plataformas. Dejamos el tribunal constitucional con mayor presencia en las redes sociales en todo el mundo, y una Biblioteca Digital de vanguardia que permite consultar gratuitamente todo el acervo que ha editado la Corte en su historia; particularmente la oferta editorial del Centro de Estudios Constitucionales, que está a la altura de las editoriales y universidades más reconocidas del mundo.
Cuatro años después dejamos un nuevo Poder Judicial federal. Íntegro, moderno, profesional y con sentido humano. Que responde con resultados. Que rinde cuentas
_ con datos duros. Sobre todo, dejamos una justicia comprometida con las personas más vulnerables de México.
Seguiremos luchando por un futuro distinto. Seguiremos luchando por un país diferente. En el que la igualdad y la dignidad sean una realidad. Todos los días, para todas las personas.
Se ha logrado la liberación de 41 mil personas pobres que estaban en prisión de manera injusta