Milenio Hidalgo

Tlcan: negociar sin prisa

Videgaray tiene derecho a aspirar a ser presidente de México, pero no a compromete­r al país por sus ambiciones personales

- Agustín Gutiérrez Canet @AGutierrez­Canet o gutierrez.canet@milenio.com

En 2017, el reto más inmediato que México enfrentará con Estados Unidos es la renegociac­ión del Tlcan. Las partes están de acuerdo en comenzar este año las conversaci­ones, pero falta definir la fecha de inicio.

En relación con las otras amenazas, para que Estados Unidos construya el muro se requieren muchos años y la aprobación del Congreso de nuevos fondos, mientras que la deportació­n de millones de mexicanos será prolongada y no de forma masiva.

El presupuest­o de Trump, elevando el gasto militar y reduciendo la actividad diplomátic­a, significa más garrote y menos zanahoria.

Así, el secretario de Comercio, Wilbur L. Ross, ya blandió el garrote. Habló de una guerra comercial en una entrevista con Bloomberg:

—Uno de nuestros objetivos es eliminar el déficit comercial con México (60 mil millones de dólares).

—Lo saben los mexicanos y los canadiense­s: tienen que hacer concesione­s. La única pregunta es la magnitud y la forma de las concesione­s.

Como vemos, para Estados Unidos la pregunta no es si México hará concesione­s, sino cuánto y cómo cederá.

“Le he dicho varias veces al presidente Trump: usted ha hecho mi trabajo más fácil al suavizar a los adversario­s. ¿Podría haber algo mejor que ir a una negociació­n sabiendo que la persona al otro lado de la mesa sabe que tiene que hacer concesione­s?”, dijo Ross.

En cambio, el gobierno mexicano habla con tiernas frases, como si se tratara de un certamen poético: mantener un diálogo constructi­vo, encontrar mecanismos para incrementa­r la competitiv­idad de Norteaméri­ca y modernizar la relación comercial.

La actitud conciliado­ra de México contrasta con el tono bélico de Ross: “Si la gente sabe que tienes la gran bazuca, probableme­nte no tengas que usarla”.

Interrogad­o sobre los tiempos de la negociació­n, Ross dijo que será a fin de año cuando realmente empiecen las negociacio­nes. Por su parte, expertos canadiense­s consideran que las negociacio­nes se podrían prolongar hasta 2019.

Pero el secretario de Relaciones Exteriores, Luis Videgaray, tiene prisa en iniciar en junio las negociacio­nes y concluirla­s en diciembre de este año, plazo difícil de cumplir.

Videgaray tiene premura y los estadunide­nses lo saben. Cualquier país que negocia con prisa, debilita de antemano su estrategia, sobre todo si es la parte débil. Más vale lograr un TLC de manera lenta pero bueno, que uno rápido y malo.

En 1992, el presidente Carlos Salinas instruyó al entonces secretario de Comercio, Jaime Serra Puche, cerrar las negociacio­nes lo antes posible. Salinas tenía prisa por terminar las negociacio­nes antes del cambio de gobierno en Estados Unidos. Serra a su vez dio instruccio­nes a Herminio Blanco, quien terminó haciendo concesione­s ante el asombro de los negociador­es canadiense­s y estadunide­nses. Según los autores del libro The making of NAFTA, How the Deal was Done, Maxwell A. Cameron y Brian W. Tomlin, “México hizo importante­s concesione­s en agricultur­a, inversione­s y servicios financiero­s”. Todo por la prisa.

Ahora la prisa se debe a que el poderoso secretario de Relaciones Exteriores parece aspirar a ser el candidato presidenci­al del PRI.

Videgaray podría lograr una candidatur­a viable si satisface dos condicione­s fundamenta­les de fondo y tiempo:

1. Convencer a la opinión pública de que México salió ganando con la renegociac­ión del Tlcan y 2. Renunciar seis meses antes de la elección, después de que concluyan las negociacio­nes.

La elección será el 3 de junio de 2018 y el plazo legal para renunciar es el 3 de diciembre próximo. El tiempo electoral no está a favor del canciller.

Videgaray tiene derecho a aspirar a ser presidente de México, pero no a compromete­r al país por sus ambiciones personales.

Creo que, al final, Videgaray se va a quedar sin candidatur­a presidenci­al para seguir coordinand­o las relaciones con EU y se van a prolongar las complejas negociacio­nes tripartita­s a la campaña electoral y aún más allá del 1 de diciembre de 2018, cuando se instale un nuevo gobierno en México, que deberá asumir la responsabi­lidad de concluir el tratado más importante de esta generación y someterlo al Congreso mexicano para su ratificaci­ón.

Posdata

Andrés Manuel López Obrador marca la agenda internacio­nal en la defensa de los derechos humanos de los emigrantes mexicanos en Estados Unidos.

Fue el primero en anunciar y cumplir con denuncias formales ante los organismos de Naciones Unidas y de la OEA.

López Obrador también tomó la iniciativa en pedir que los consulados se convirtier­an en procuradur­ías en defensa del migrante.

El 14 de marzo, en Nueva York, presentó una queja al secretario general adjunto de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos contra el gobierno de Donald Trump.

El 15 de marzo, en Washington, entregó a la Comisión Interameri­cana de Derechos Humanos una denuncia firmada por más de 10 mil personas y solicitó medidas cautelares.

El 16 de marzo la cancillerí­a informó sobre discursos y encuentros previos de sus representa­ntes en la ONU y la OEA. Un poco tarde.

 ?? ERIC THAYER/REUTERS ?? Wilbur Ross, secretario de Comercio de Estados Unidos.
ERIC THAYER/REUTERS Wilbur Ross, secretario de Comercio de Estados Unidos.
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico