CÁRCELES MÁS SEGURAS
El Negrito, hijo del Azul, se pintó de colores del penal Aguaruto de con otros cuatro malillas del cártel de Sinaloa. Nuevamente, la fuga demuestra que las cárceles son tan seguras como el mercado de cohetes del Tultepec, por lo que habrá que replantear e
¿Por qué no insertarles supositorios geolocalizadores a los presos y custodios? Con el dispositivo, las autoridades podrán ubicarlos de manera expedita vía satélite. Podrán fugarse del penal, pero no del 4G. Habrá que construir una cárcel bajo el lago de Chapultepec. Tiene ventajas: los patos fungirán como custodios plumíferos y en caso de que un reo se escape, correrá el riesgo de contraer una infección cutánea por nadar en el agua puerca.. Adecuar el Estadio Azul como penal loser. En lugar de demolerlo y construir un centro comercial, el Gobierno Federal puede rescatarlo y adaptarlo como cárcel. De esta manera, los presos van a cruzazulear a la hora de escaparse. Mejor, imposible. Cambiar el uso de suelo de los penales para convertirlos en sedes de Morena. Parece descabellado, pero nadie quiere salirse del partido y muchos aspiran a entrar con la esperanza de que la tercera sea la vencida. Comprarle a Roberto Borge (ex gober de Quintana Roo) unos terrenos de reserva territorial para construir el primer penal spa holístico. La idea es que los reos se relajen, mediten, hagan yoga y quieran permanecer en prisión hasta que la muerte los separe de ese paraíso terrenal. Encerrar a los malhechores en el cruel laberinto de un vaso de alcohol y los reos permanezcan presos entre las redes de un poema. El diseño será como un bar de película de ficheras, donde los custodios mantengan borrachos a los delincuentes. Esto facilitará el control de la población penitenciaria e inhibirá los intentos de fuga. Cárcel pacheca. Funciona igual que la cárcel de beodos, pero en lugar de servir jaiboles nivel Calderón, le darán cannabis a los reos. El objetivo es crear una zona de confort pacheco, donde los prisioneros permanezcan en el viaje y solo quieran fugarse de la realidad, mas no de la cárcel.