Niños trabajadores: explotados y desprotegidos
Esta semana se conmemoró el Día mundial contra el Trabajo Infantil. Y a decir del Instituto Nacional de Estadística y Geografía, (Inegi), del total de menores ocupados, 69.8 % son niños y 30.2 % son niñas, lo que representa una tasa de 11.5 ocupados por cada 100 niños y 5.2 ocupadas por cada 100 niñas.
Asimismo, se informó que de los menores de cinco a diecisiete años ocupados, nueve de cada diez, el 89.6%, realiza actividades no permitidas por estar debajo de la edad mínima o en ocupaciones y actividades peligrosas. Y que de las niñas y niños del mismo rango de edad en ocupación no permitida, cuatro de cada diez (42.5 %) no recibe ingresos y 28.8 % perciben hasta un salario mínimo.
De acuerdo con el Instituto, cuatro de cada diez menores, el 37 %, de cinco a diecisiete años ocupados, no asiste a la escuela; por sexo, la inasistencia se presenta en 39.3 % de los niños ocupados y en 31.6 % de las niñas ocupadas.
El propio organismo refirió que en 2015, 5.7 de cada 100 niñas y niños de cinco a diecisiete años, llevan a cabo quehaceres domésticos en condiciones inadecuadas.
Además, tres de cada diez niñas, 29.7 %, de cinco a diecisiete años que realizan quehaceres domésticos en condiciones no adecuadas, exceden las 28 horas laborales a la semana, situación que presentan 4.7 % de los niños.
El reporte oficial señala, también, que la tasa de ocupación de la población de cinco a diecisiete años es de 8.4 por cada 100 menores de edad en ese rango, lo que corresponde a dos millones 475 mil 989 infantes que realizan alguna actividad económica.
Al mismo tiempo, organismos internacionales señalan que, de los 40 millones de niños mexicanos, 21 viven en condiciones de pobreza y 1.5 millones padece desnutrición crónica, lo que explica el hecho de que necesiten trabajar.
A decir de especialistas en la materia, hay que actualizar el diseño y la operación del Sistema Escolarizado de Primaria como una atención educativa destinada principalmente a la población infantil y adolescente trabajadora.
Por su parte, Save the Children México, agregó que “en los programas de los políticos no hay referencia a los niños y niñas de México. Culturalmente, tenemos que regresar a una visión que pone en el centro de la sociedad a los niños y a los adolescentes”. Asimismo, calificó de “escandaloso” y “ridículo” el presupuesto atribuido a políticas públicas para tratar el trabajo infantil. “Hay que terminar con una intervención asistencialista que coincide en dar una solución instantánea que no tiene alcance en el largo plazo”, dijeron sus representantes, quienes agregaron: “esos niños no viven en un estado de bienestar. Necesitamos un Estado de Derecho, un estado social. Abandonamos como país el objetivo de desarrollar un estado de bienestar”. En tanto, otros organismos advirtieron que “En México es cada vez más intensa la incorporación de adolescentes y hasta preadolescentes a las mafias y a las organizaciones del crimen organizado… No se invierten los recursos necesarios para aprobar un programa nacional. Estamos en una sociedad que esconde, minimiza el trabajo infantil y que lo justifica”. Para resolver el problema del trabajo infantil “no basta removerlos de la calle o del trabajo”, según representantes del Centro de Desarrollo Indígena Loyola. “Se requiere abordaje crítico e integral a este fenómeno que vaya más allá de la erradicación como sinónimo de limpieza social.”
Añadió: “Hay que considerar a las niñas y los niños como sujetos plenos de derechos y de participación en las decisiones que les competen, promoviendo su organización y reconociéndolos como actores claves en la revisión de sus propios condiciones sociales y familiares”.
En el marco del Día Internacional contra el Trabajo Infantil, la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, CNDH, afirmó que la vigencia y efectividad de los derechos de niñas, niños y adolescentes en nuestro país, pese a que ha habido avances, no sólo están muy lejos de ser una realidad, sino que se encuentran en riesgo permanente de vulneración, sobre todo los de quienes cubren sus necesidades de subsistencia ante los insuficientes ingresos de sus padres o tutores, como consecuencia de la desigualdad y pobreza en que viven.
Exponer a niñez y adolescencia a diversas formas de trabajo infantil es ponerlas en riesgo de hacerlas víctimas de explotación, esclavitud y trata de personas, fenómenos delictivos para los que no debe existir tolerancia social ni omisión de las autoridades.
Así las cosas, alrededor de esta conmemoración, por parte de la presidencia no hubo ningún compromiso en especial sobre el tema con miras a combatir estas terribles cifras, lo que deja ver cómo hemos llegado a tal situación.