El DIF busca niños talento
El gobierno local atiende a 200 alumnos de primaria y secundaria con sobredotación intelectual y les ofrece educación, ayuda económica y psicológica; también apoya a padres
El DIF Ciudad de México calcula que en esta capital viven 27 mil 913 niños y adolescentes con sobredotación intelectual, es decir, que poseen un coeficiente mayor a 130, superior al promedio de los mexicanos que es de 80.
Sin embrago, la mayoría de esos niños y sus familias desconoce su capacidad intelectual y “son invisibles”, lo que le acarrea problemas emocionales y sociales, aunado al riesgo de perder su don antes de llegar a la adultez, por lo que la dependencia local busca identificar a 100 niños talento de bajos recursos el próximo ciclo escolar a través del Programa Integral para el Diagnóstico y Atención a la Sobredotación Intelectual (Pidasi). “Es una problemática social bastante fuerte, porque los niños que presentan esta condición están mal diagnosticados y pueden ser confundidos con alguna problemática de personalidad o trastorno mental, por lo que presentan una doble victimización”, alertó Gamaliel Martínez Pacheco, director del DIF Ciudad de México.
Ante esa situación surgió el Pidase en 2014, el cual se presentó como una iniciativa que el DIF CdMx ejecutó a través del Programa Niños Talento que opera en las escuelas públicas de la capital, por lo que se aplicaron 10 mil pruebas psicométricas estandarizadas, que permitieron detectar a 38 niños con sobredotación intelectual.
Durante el ciclo escolar 20162017, un total de 200 niños talento de bajos recursos se integraron a dicho programa, pero espera detectar otro centenar para el próximo ciclo escolar.
En un aula donde las mesas alineadas en una sola fila tienen listos los tableros de ajedrez, Jaret, de 16 años, y su hermano Johan, de 13, prueban su destreza en el juego; mientras su otra hermana, Tabathá, de 10 años, se entretiene viendo videos en una tablet.
El resto de los alumnos de Pidasi se alista para participar en un torneo interno, donde hay talentos de las 16 delegaciones. En este salón, ubicado en el Centro para el Desarrollo Comunitario DIF Ford, ubicado en la delegación Iztapalapa, los tres hermanos lograron descubrirse a sí mismos, tras vivir una niñez difícil, sumado a su condición de bajos recursos.
Sufren bullying
Berenice Candia, coordinadora del área Incluyéndome del Pidasi, indicó que entre 60 y 70 por ciento de los 191 niños sobredotados que atienden dicen haber sufrido bullying la mayor parte de su vida escolar.
Al respecto, Gamaliel Martínez destacó que esas situaciones pueden llevar a los niños llamados coloquialmente genio a la violencia extrema para defenderse o incluso pensar en el suicidio. “Un niño con sobredotación se ve aislado, no convive o no juega normalmente con sus compañeros, se siente relegado, y entra en una situación compleja”, alertó.
“Tuvieron problemas de bullying, era difícil ver que mi hijo llegaba llorando, que ya no quería ir la escuela, al grado de que un día dijo: me dan ganas de matarlos a todos, en su momento de desesperación”, narró Juan Manuel de Anda, padre de los tres hermanos sobredotados.
Jaret mostró desde el preescolar signos de una inteligencia superior, que se opacaba con los problemas para relacionarse con sus compañeros y la gente que lo rodeaba, por lo que jamás pensaron que se trataba de sobredotación intelectual.
“Siempre viví así, prefería estar la mayoría de las veces solo, aunque siempre intenté adaptarme a un grupo. Me sentía muy diferente a los demás, pero supuse que eso era normal, porque en todo hay diferencia”, explicó Jaret.
Él es uno de los primeros 38 niños que fueron detectados por el DIF local; tenía 12 y cursaba la secundaria cuando lo hallaron.
Luce sereno, habla con calma y narra que antes de su diagnóstico, “la verdad, sí causaba un poco de tristeza mi persona, porque la humanidad es una sociedad, todos buscan integrarse a ella y el no ser aceptado sí marca diferencia”.
Los menores con un alto coeficiente intelectual deben ser detectados y atendidos
Los filtros
El DIF identifica a estos menores a través de tres filtros. El primero de ellos para los padres, quienes responden un cuestionario en línea sobre las características que observan en sus hijos. Si se acercan a las que presentan los sobredotados, acuden a una entrevista para conocer su nivel socioeconómico y posteriormente se les aplican pruebas psicométricas avaladas por el Consejo Mundial de Superdotaatacado