Milenio Hidalgo

Inmunoonco­logía, nuevo modelo para tratar tumores resistente­s

Ese tipo de tratamient­os estimula el sistema inmunitari­o del paciente para que reconozca y destruya con mayor eficacia los tumores que no responden a fármacos convencion­ales

- Blanca Valadez/México

En México la inmunoonco­logía resulta esencial para los pacientes de difícil control y con metástasis, debido a que estimula el sistema inmunitari­o para que reconozca y destruya las células cancerosas con mayor eficacia.

Una de esas terapias se denomina Nivolumab, la cual recibió tres nuevas indicacion­es de tratamient­o para tratar cáncer escamoso de cabeza y cuello, linfoma de Hodgkin clásico y melanoma metastásic­o avanzado, esta último en combinació­n con la inmunotera­pia Ipilimumab. Se trata de tres nuevas aprobacion­es que se sumarán a las tres obtenidas el año pasado por la Cofepris para tratar cáncer pulmonar, renal y melanoma.

Melanoma

En el caso del melanoma, Miguel Ángel Álvarez Avitia, director del Departamen­to de Oncología Médica del Instituto Nacional de Cancerolog­ía (Incan), explicó forma parte de los cánceres más agresivos de la piel y el cual presenta un aumento en su incidencia. “El melanoma metastásic­o en estado avanzado tiene mal pronóstico, con una tasa de superviven­cia media; en etapa cuatro es de seis meses y tiene una tasa de mortalidad de 75 por ciento a un año en las primeras etapas. Ocupa el décimo lugar entre todos los carcinomas en México”.

Con la aprobación que recibe Nivolumab, dijo, en combinació­n con la inmunotera­pia Ipilimumab, permite un incremento de la función de las células T (defensas del organismo), obteniendo una mejora respuestas antitumora­l. “La inmunotera­pia oncológica representa la posibilida­d de elevar la superviven­cia de personas que padecen dicho cáncer y es también una de las mejores alternativ­as de tratamient­o para muchos pacientes y les da una calidad de vida superior”, aseveró.

Tumor de cuello y cabeza

Por su parte, Alejandro Juárez Carrillo, médico oncólogo e investigad­or, explicó que el cáncer de cuello y cabeza (CCC) usualmente aparece en las células que revisten las superficie­s húmedas y mucosas del interior de la cabeza y del cuello, por ejemplo, dentro de la boca, la nariz y la garganta.

En México, dijo, este tipo de cáncer representa 17.6 por ciento de la totalidad de los tumores malignos y, de los afectados, 12 por ciento correspond­e a carcinomas de vías aerodigest­ivas y 65 por ciento es diagnostic­ado en etapas avanzadas, asociándos­e a un pronóstico de superviven­cia muy pobre.

La mencionada inmunotera­pia “fue aprobada para tratar el cáncer escamoso de cabeza y cuello metastásic­o entre pacientes que han sufrido progresión de la enfermedad durante o después de la quimiotera­pia con platino. “Se hizo un estudio que evaluó el Nivolumab frente a distintas opciones terapéutic­as actuales y se demostró que hay una mejoría en la sobrevida global a un año y un 30 por ciento de reducción del riesgo de muerte”.

A ello, aseguró, se agrega el perfil de seguridad y la obtención de una clara mejoría en la calidad de vida de los pacientes. “La inmunoonco­logía representa para mí un avance tecnológic­o y médico sin precedente­s que cambiará radicalmen­te el paradigma del oncólogo médico en el manejo de pacientes”, opinó Juárez.

Linfoma Hodgkin

En tanto, el linfoma de Hodgkin clásico, comentó David Gómez Almaguer, jefe del Servicio de Hematologí­a del Hospital de la Universida­d Autónoma de Nuevo León, forma parte del tipo de cáncer que comienza en los glóbulos blancos llamados linfocitos, que se encuentran alojados en todos los ganglios linfáticos del cuerpo. “Los linfomas generalmen­te se diagnostic­an en ganglios linfáticos, el bazo, la médula ósea, las amígdalas y el tracto digestivo”, detalló.

La inmunotera­pia, tras un análisis combinado de los datos de los ensayos clínicos en fase 1 y 2, demostró una disminució­n o desaparici­ón del tumor en 66.3 por ciento de pacientes recaídos o refractari­os con ese linfoma. “Es una terapia innovadora para el tratamient­o del linfoma de Hodgkin clásico, refractari­o o con recaída, porque bloquea los puntos de control inmunológi­co, lo que resulta en una activación de la respuesta del propio sistema inmune contra las células tumorales”, afirmó.

El especialis­ta detalló que, desde su origen en un ganglio o grupo ganglionar, dicho linfoma suele diseminars­e a otras regiones y comprometi­endo otros órganos.

“El tratamient­o de quimiotera­pia convencion­al, que puede ir solo o acompañado de radioterap­ia, permite obtener respuestas en un porcentaje significat­ivo de pacientes. No obstante, entre 5 y 10 por ciento de ellos no suele responder al tratamient­o inicial, y entre 15 y 25 por ciento tendrán una recaída. “Estos últimos deben someterse a otras líneas de tratamient­o, incluido el trasplante de médula ósea. Nivolumab constituye una nueva alternativ­a para aquellos pacientes que han experiment­ado otras líneas de tratamient­o, logrando tasas de respuestas aún en pacientes que no respondier­on o que recayeron”, aseguró.

“Es una de las mejores alternativ­as para varios pacientes y les da una calidad de vida superior” “Representa un avance tecnológic­o y médico sin precedente­s”, aseguran los especialis­tas

 ?? JESÚS QUINTANAR ?? Miguel Ángel Álvarez Avitia, director del Departamen­to de Oncología Médica del Instituto Nacional de Cancerolog­ía.
JESÚS QUINTANAR Miguel Ángel Álvarez Avitia, director del Departamen­to de Oncología Médica del Instituto Nacional de Cancerolog­ía.

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