Reportan bajas ventas en la Feria Infantil del Libro
El movimiento se concentraba principalmente en los auditorios y vagón, donde había talleres
Al mediodía del pasado martes, la 17 Feria del Libro Infantil y Juvenil de Hidalgo lucía casi vacía, en plenas vacaciones de verano, pocas personas deambulaban por el pasillo del centro cultural del Ferrocarril donde están instalados alrededor de 40 stands con gran variedad de títulos, desde los clásicos como La Odisea de Homero y El rey Lear de Shakespeare, hasta los más inverosímiles como Orgullo y prejuicio + zombies, una adaptación de la obra de Jane Austen hecha por Seth Grahame-Smith.
El mayor movimiento se concentraba en los auditorios y vagón donde tanto niños como adultos asistían a talleres; por las bocinas de la antigua estación era anunciada la presentación de #MásGordoElAmor de Toño Malpica y Bernardo Fernández, evento que convocó a cerca de 30 personas que curiosas escuchaban las bondades de adquirir el libro.
Al platicar con los expositores, todos coincidieron que hasta el momento la feria estaba floja, con poca afluencia, pero dentro de lo normal. “Sabemos que aquí así es, no invertimos tanto, la ganancia no es mucha, pero aún es negocio”.
Las editoriales más socorridas por los contados visitantes eran Algarabía, Porrúa, Penguin Random House, Planeta, Océano y Santillana, aunque todos los puestos ofrecían ofertas y remate de títulos. Entre los niños lo más llamativo eran los títeres, rompecabezas, memoramas y juguetes armables, aunque los padres insistían en invertir su dinero en libros, ya fueran para colorear o con las tradicionales historias de héroes y princesas que también agradan a los pequeños.
Según comentarios de los comerciantes, la cartelera repleta de eventos no benefició sus ventas, pues lejos de invitar a las personas a ver la oferta literaria, los llevan a otras áreas del recinto y el pasillo principal queda en solitario.
Relataron que a pesar que la renta del espacio es muy económica, de 4 mil pesos por stand, las deficiencias del espacio también complican las compras, “por las noches, las pocas lámparas alumbran a los visitantes, mas no a los libros. Quienes pasan por aquí no ven nada, por eso algunos optamos por traer nuestros propios focos”.
Preocupados, algunos comentaron que hubo días que vendieron solo cuatro libros, sin embargo no pierden la esperanza que la situación mejore. “Hay oferta para todos los gustos y bolsillos, ediciones muy económicas y de colección”.
“Sabemos que aquí así es, no invertimos tanto, la ganancia no es mucha, pero aún es negocio”