Emilio Lozoya o cuando la impunidad se negocia
Hace cuatro meses escribí aquí sobre Emilio Lozoya y el silencio gubernamental frente a las denuncias en su contra en el escándalo de Odebrecht. Entonces pregunté: ¿Qué necesitará el gobierno para tomarse en serio las acusaciones contra Lozoya? (http://bit.ly/2uMVa1r).
Hoy se las toma en serio, pero no por buen motivo. Lo hace para ver cómo minimizarlas, pues la acusación ya tiene números concretos. Diez millones de dólares, empezando cuando Lozoya era coordinador de vinculación internacional en la campaña del presidente Peña.
Peor aún: la cuenta bancaria existe. Mexicanos contra la Corrupción y la Impunidad la encontró y verificó los montos recibidos. El abogado de Lozoya, Javier Coello, negó que el dinero fuera de su cliente, pero lo hizo de manera bizantina. Dijo: “Si a Emilio Lozoya le acreditan que él recibió el dinero, está dispuesto a ir a la cárcel si es necesario […] Que le den seguimiento [a la cuenta]. Alguien sacó el dinero, ¿quién lo sacó?”.
Hubo dinero que tal vez no pasó por manos de Lozoya. O no se metan con mi cliente porque pueden salir trapos sucios. (También hay que resaltar cómo lo dice: “está dispuesto a ir a la cárcel”, como si fuera favor.)
El ex director de Pemex compareció ayer, pero se reservó el derecho a declarar. Después dio una conferencia de prensa, en la que su abogado se dijo tranquilo porque la PGR no lo acusaba de nada.
Y se entiende la tranquilidad, porque Raúl Cervantes, procurador general, es juez y parte: era el abogado del PRI durante 2012. Difícil querer investigar a fondo a un acusado tan cercano.
Presidencia, mientras tanto, hizo lo de siempre. Sacó al vocero de la vitrina para negar cualquier vínculo de Odebrecht con la campaña presidencial. Y, a sabiendas o no, contaminó el proceso, ya que anticipó el resultado de una averiguación que tiene que llevar a cabo el gobierno mismo.
Aunque tampoco hay mucho que esperar: gobierno y acusado se acomodan para que el asunto se resuelva como dicta la costumbre del sexenio, con un carpetazo.