Dudas en Riad amenazan salida a bolsa de Aramco
La indecisión frustra las expectativas de los ejecutivos y asesores financieros ante la venta de 5% de la petrolera estatal
Anjli Raval, Simeon Kerr y Roula Khalaf/Londres, Dubái y Davos La indecisión en los más altos niveles de gobierno acerca de la oferta pública inicial (OPI) prevista de Saudi Aramco causa frustración entre los ejecutivos de la compañía y sus asesores financieros, lo que envuelve en la incertidumbre la que se calificó como la mayor venta en el mercado bursátil.
Arabia Saudita dijo que quiere vender 5 por ciento de Saudi Aramco —el productor de petróleo más grande del mundo— como parte de las importantes reformas económicas que impulsa el príncipe heredero Mohammed bin Salman, quien cree que la empresa vale hasta 2 billones de dólares.
El reino apunta a una salida a bolsa a finales de 2018, con acciones en venta en el mercado de valores Tadawul del reino. Pero la preparación de Arabia Saudita para esta operación y la disposición para una salida a bolsa simultánea o secuencial en el extranjero se puso en duda. “Internamente, todos están frustrados”, dijo una persona cercana a la compañía. “Quieren que esta salida a bolsa se mueva de una forma u otra. La inestabilidad no ayuda cuando diriges una compañía petrolera”.
Funcionarios dijeron que se completó el trabajo de preparación para la OPI por parte de Saudi Aramco, pero algunas decisiones esenciales —como dónde va a cotizar— recaen en el gobierno.
Khalid al-Falih, ministro de Energía, dijo al FT la semana pasada: “El proceso de OPI está en tiempo. La disposición que se buscaba lograr para finales de 2017 por parte de la empresa y de los reguladores se logró totalmente”. “Aramco va a salir a bolsa. No hay dudas ni peros sobre eso”, agregó Falih, sin dar detalles sobre la estructura. Pero agregó: “Se tienen que resolver las tácticas y el momento”.
Los plazos de toma de decisión se demoraron y otras opciones —que incluyen una venta privada— surgieron a medida que se hicieron evidentes las dificultades de ejecución de una enorme OPI.
El trabajo preliminar comenzó hace dos años. Un banquero dijo: “Es un proceso interminable”.
Los retrasos subrayan que Saudi Aramco, que se comparó a sí misma con la gran petrolera estadunidense ExxonMobil, no es diferente a otros rivales que cotizan en bolsa, debido al gran control que tiene el Estado sobre su generador de ingresos más grande. “Aramco siempre dio la impresión de ser una compañía ordenada y bien administrada. Pero el gobierno es mucho menos eficiente y disciplinado”, dijo una persona que tiene información sobre los preparativos de la OPI.
Saudi Aramco no quiso hacer comentarios.
Los funcionarios sauditas están divididos sobre el lugar donde deben cotizar, dijo una persona que trabaja en la OPI. El príncipe Mohammed tiene la ambición de cotizar en Nueva York, mientras que los funcionarios —entre ellos Falih— y ejecutivos de Saudi Aramco dijeron que Londres podría ser una mejor opción. Hong Kong también está en la competencia. Algunos miembros de la familia real saudita no quieren en lo absoluto una salida a bolsa.
Se plantearon dudas sobre el objetivo de valoración de 2 billones de dólares, los obstáculos regulatorios y legales, los requisitos de divulgación, y la cobertura negativa de prensa en el extranjero.
Los funcionarios también se muestran ansiosos respecto a la capacidad del mercado bursátil de Tadawul para manejar una salida a bolsa considerable. Una sola salida a bolsa en Tadawul es una de las opciones que se analizan y un consejo asesor del gobierno le pidió al regulador de valores que estudie el impacto sobre el mercado de intercambios.
Otra opción es una salida a bolsa saudita junto con una internacional. Una cotización nacional y una venta privada a un inversionista estratégico es una tercera opción. “El debate se centró en qué mercados de valores extranjeros va a cotizar Aramco, Londres, Nueva York o Hong Kong. Pero recordemos, Riad todavía ni siquiera decide oficialmente que va a cotizar en el extranjero”, dijo un asesor de la compañía.
En las últimas semanas, un antiguo plan para que una filial fuera la que saliera a bolsa —en lugar de toda la compañía como declaró el director ejecutivo, Amin Nasser—, que incluye los activos de refinación, distribución y venta, como la refinería más grande de EU, en Port Arthur, volvió a surgir, dijeron dos personas familiarizadas con las discusiones.
Mohammed Al-Jadaan, ministro de Finanzas, dijo en octubre pasado que esperaba que el gobierno pudiera tomar una decisión final al concluir 2017, pero el calendario se aplazó varias veces.
Los asesores dicen que si hay una salida a bolsa a escala internacional lo más probable es que ocurra en 2019 o después.
A quienes trabajan en la operación se les pidió que el enfoque del trabajo fuera lejos de una salida a bolsa internacional. Mientras tanto, los banqueros que buscan tener un papel en la OPI han visto que se rechazan sus pujas. Saudi Aramco tendrá un “desfile de belleza” esta semana para dar el papel de coordinador global de OPI en la sede de la compañía en Dhahran, dijeron los banqueros.
JPMorgan, Morgan Stanley y HSBC trabajan en la salida a bolsa, junto con los asesores boutique especializados en finanzas Meelis y Evercore. Entre los bancos que se espera que presenten sus ideas a la empresa se encuentra Citi, Deutsche Bank y Goldman Sachs. “Ahora todo está en juego” dijo un banquero. “Pero el trabajo existente ayudará”.
Una persona familiarizada con la compañía dijo que todavía puede ocurrir que el reino decida cotizar en el país y en el extranjero en 2018, y agregó que la frustración se deriva de algunos asesores extranjeros que no conocían las peculiaridades del reino.
“se deben resolver las tácticas y el momento”: ministro de Energía