Inseguridad o mano negra
La percepción respecto a la ausencia de seguridad en los últimos meses en el estado de Hidalgo, está íntimamente vinculada con diversos factores políticos en esta compleja etapa electoral considerada la más introvertida respecto del incremento de la inseguridad; cabe destacar que en muchos casos esta inseguridad puede desembocar en inconformidades sociales y descalificación al gobierno en turno.
Por ello, cuanto más grande sea la inseguridad en el estado, mayor será el aislamiento social y sin excepciones de clases o sectores sociales que les lleve a sostenerse en el abstencionismo como el único triunfador en la próxima elección; no obstante, se puede determinar que sea una estrategia de la élite política hidalguense que ha controlado el poder político y económico en los últimos años.
Por lo tanto, la inseguridad implica la existencia de un peligro. De la misma forma, tampoco hay que pasar por alto el hacer referencia de diversos índices arrojados de la Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana realizada durante diciembre de 2017 que señala a Hidalgo en el lugar 23 debajo de la media nacional.
Los expertos en el tema manifestaron que en los primeros tres meses del año en curso en Hidalgo se ha producido un aumento considerable de lo que es el robo de casa habitación, pequeños negocios, centros comerciales, aunado a que empieza a cobrar víctimas debido a asaltos a mano armada, asesinatos de diversos sectores sociales y políticos como los casos de comerciantes, industriales o tianguistas hidalguenses.
Hidalgo se ubica como uno de los 10 estados donde se ha recuperado un alto porcentaje de hidrocarburos robados; así mismo, Pemex se contabilizó con más de 850 perforaciones en ducto y tomas clandestinas de huachicol y otros. El tema principal de la inseguridad es demostrar que estos fenómenos en crecimiento no se deben a la falta de ética, valor social o a la desigualdad. El fondo principal del presente caso es el problema político cometido con claros fines de poner la inconformidad de los ciudadanos contra la administración pública actual y retener el control total del Estado.
Estos son los aspectos más preocupantes porque generan un nuevo estilo de la delincuencia, transformándola en su capacidad de mutar para adaptarse a las cambiantes objetivos de los mercados, igualmente puede ser su primer blanco los medios de comunicación, por ser los únicos que informan a la sociedad el alto riesgo de su presencia en el estado y alterar el ánimo de la gente contra los actores intelectuales de este fenómeno.
Esta estrategia fue creada con la finalidad expresa de obtener y acumular beneficios políticos a través de su implicación continuada en la actividad de poner en primero lugar el terror dentro de la sociedad y sembrar el coraje contra las instituciones para confundir a la gente y asegurar su meta de lograr que la gente no acuda a emitir su voto con libertad.
Lamentablemente, en este tiempo el Estado no tiene la posibilidad de evaluar el índice real de hasta donde haya llegado el nivel de la inseguridad que ha causado a muchos hidalguenses daño económico, psicológico además de pagar el mal innecesario, haciendo evidente que debido a los problemas de inseguridad que atraviesa el estado en la actualidad, conlleva a que el índice de crecimiento de la inseguridad puede elevarse más en los próximas tres meses de la etapa más compleja de elecciones en el país.
Es importante destacar que esta situación que inició en Hidalgo nunca se va acabar y siempre va estar en constante proceso; por eso, estamos ante la amenaza de la inseguridad de los ciudadanos y la falta de respeto de los derechos individuales y agregar a este peligroso fenómeno la repercusión aterradora de la mano negra de los políticos.