Facilita guía de iglesias la visita de las siete casas
Es la segunda edición del libro de Rafael Cal y Mayor Leach, que le llevó 11 años de investigación
Una de las costumbres de la religión católica en Semana Santa, es la llamada visita de la siete casas, que de acuerdo con la tradición se traduce en la peregrinación por siete iglesias de la preferencia de los devotos. Para hacer más asequible este recorrido, existe el libro Las iglesias del centro histórico de la Ciudad de México, de la autoría de Rafael Cal y Mayor Leach (Ábside editores), que ya va en su segunda edición y hasta la fecha lleva vendidos 6 mil ejemplares, mientras que otros 4 mil ya están a la venta en las principales librerías de Ciudad de México.
El libro que documenta 83 iglesias, solamente en el Centro Histórico, da cuenta de que es el lugar, después de Roma, con el mayor número de iglesias en el mundo.
El ejemplar es el resultado de muchos fines de semana de trabajo, de 11 años de investigación y de actualización de los pocos datos que existen alrededor del tema, dice a MILENIO Rafael Cal y Mayor Leach. “Semana Santa es un buen momento para redescubrir el Centro Histórico de la Ciudad de México, recordemos que una de las costumbres de la vida cristiana es la visita de las siete casas, una costumbre que todavía se da, pero que ha ido en desuso. Afortunadamente todavía hay mucha gente que vive la Semana Santa y recorre siete iglesias de su elección, obviamente las más famosas. Acuden guiados por su devoción, “Se incluyen recintos que casi nadie conoce”, refiere el autor. hacen oración y dan gracias, tras emular el Vía Crucis de Jesús”.
La primera iglesia que se visita significa que Jesús estuvo en el huerto; la segunda, en casa de Anás; la tercera, en casa de Caifás; la cuarta, en casa de Pilato; la quinta, en casa de Herodes; la sexta, de nuevo en casa de Pilato, y la séptima, en el santo sepulcro.
Siguiendo esa devoción católica, en el corazón del Centro Histórico pueden recorrer la Iglesia de la Enseñanza, ubicada en Donceles; seguir a Santo Domingo, continuar hacia la calle de Moneda para entrar a Santa Inés. De ahí continuar hacia la Catedral Metropolitana, y caminar por Madero hasta topar con San Felipe Neri, La Profesa; y unos metros más adelante con el Templo de San Francisco y terminar en la Santa Veracruz, el primer templo que mandó construir el conquistador Hernán Cortés. Lo increíble es que la información acerca de todas estas iglesias —que por su época de construcción, son considerados monumentos históricos—, se encuentra en el libro Las iglesias del centro histórico de la Ciudad de México. ¿Cómo les puede servir este libro para la visita de las Siete Casas? Este libro tiene mapas que pueden guiar al lector para visitar cada una de las 83 iglesias referidas en el libro. Lo extraordinario es que se incluyen recintos que casi nadie conoce, de hecho parte de la investigación que doy a conocer la inicié cuando estudié la maestría en restauración de monumentos en la UNAM. ¿Cuál es la razón de tantas iglesias en el Centro Histórico? Se debe a que durante la Conquista en la Nueva España hubo una muy fuerte evangelización. En el libro hay un cronograma que muestra en qué momento se construyó cada una. Su edificación fue de la mano con la riqueza, con la extracción de oro y plata de las minas. Esta ciudad llegó a ser de las más ricas del mundo por lo que era común que los mineros ayudaran a construir estos templos maravillosos que tenemos aquí y que todavía muy poca gente conoce. De hecho lo que hará este libro es ayudar a la gente a redescubrir todas las riquezas que tenemos. ¿Cuál es la situación de los monumentos eclesiásticos después de los sismos de septiembre? No muy buena porque es difícil que tengan el mantenimiento adecuado, la mayoría de las iglesias requieren atención. Nunca el presupuesto es suficiente, siempre les falta mantenimiento a los recintos religiosos, si uno entra como especialista les encontrará humedades y grietas. Por ejemplo, a la Iglesia de la Enseñanza, le falta alguna pieza de arte sacro, una escultura y una pintura, le comentaba a la monja que está aquí que faltan algunas figuras y ella me decía que aparentemente se las llevaron a restaurar y ya nunca regresaron. Hay mucho robo, nos falta seguridad y vigilancia para evitar el saqueo. M