El Caudillo
El 17 de julio de 1928, hace 90 años, fue asesinado Álvaro Obregón. Aquel día, El Caudillo y un grupo de seguidores acudieron al restaurante La Bombilla por el rumbo de San Ángel. Era el presidente electo y pensaba en los hombres que lo acompañarían en esa aventura, pero la vida lo puso en otro lugar, a otra hora. El Manco ordenó cabrito enchilado. No deja de ser una ironía que el fin de la vía armada y el principio de las instituciones hayan empezado con un asesinato. Toral le vació la pistola a Obregón y El Caudillo cayó debajo de la mesa.
El destino uniría a otro hombre con ese crimen. En otro lugar Martín Luis Guzmán empezó una novela: La sombra del caudillo. En sus novelas, el público buscó, por un lado, revelaciones de la trama secreta de la vida del país y, por el otro, el escándalo de la sangre y la barbarie armada que ningún periódico de la época alcanzaba a referir. Pero con el paso del tiempo hemos aprendido a leer en Martín Luis Guzmán una obra novelística mayor de la literatura mexicana, una obra anterior y superior literariamente a su posible valor histórico.
Cada vez es más tangencial el hecho de que La sombra del caudillo (1930) se inspire en los crímenes reales de la Revolución, y que El águila y la serpiente (1928) dé cuenta de la violencia revolucionaria, y cada vez se acerca más al centro la convicción de que estos libros perdurarán incluso cuando sus referentes verdaderos sean un recuerdo vago en la memoria mexicana.
Martín Luis Guzmán explicó así el origen de La sombra del caudillo: “En 1927 estaba escribiendo la primera parte de una trilogía novelada que pintaría a la Revolución convertida en régimen de gobierno. La primera parte se encararía con la etapa de Carranza, la segunda con la de Obregón y la última con la de Calles. Llegaron a Madrid por esos días los periódicos mexicanos que relataban la muerte del general Serrano. De pronto me vino la visión de cómo esos acontecimientos podían constituir el momento culminante de la primera de mis novelas. Abandoné el trabajo con verdadera fiebre y me puse a escribir La sombra del caudillo. Todos los personajes que ahí aparecen son réplica de personajes reales”.
Voy a releer La sombra del caudillo.