Milenio Hidalgo

Defienden la austeridad, pero sin tocar las dietas

El verdadero despilfarr­o, en los $45 mil por asistencia legislativ­a y los $28 mil de atención ciudadana, destaca el coordinado­r del PRD

- Fernando Damián y Elia Castillo/México

Los líderes parlamenta­rios de Morena, PRI, PAN, PES, PT, MC y PVEM en la Cámara de Diputados defendiero­n su acuerdo de austeridad para lograr un ahorro de 409 millones de pesos durante los últimos cuatros meses del año, pero sin reducir las dietas mensuales de los legislador­es.

Aunque la Junta de Coordinaci­ón Política acordó la cancelació­n del fondo de ahorro, así como de los seguros de vida, gastos médicos y separación individual­izada de los diputados, el monto de la dieta se mantuvo en 73 mil 764 pesos, más los apoyos en materia de asistencia legislativ­a (45 mil 786 pesos) y atención ciudadana (28 mil 772 pesos).

El coordinado­r de la mayoría parlamenta­ria de Morena, Mario Delgado, sostuvo que, tras la cancelació­n de los seguros y el fondo de ahorro, la remuneraci­ón total de los diputados federales se redujo 28 por ciento. “Antes del acuerdo de austeridad firmado por la Junta de Coordinaci­ón Política, esto sumaba un total de 128 mil 230 pesos; después del acuerdo de austeridad esto suma 91 mil 507 pesos, es decir, sí hay un impacto directo en la remuneraci­ón de los diputados”, dijo.

No obstante, el líder parlamenta­rio del PRD, Ricardo Gallardo, se manifestó por una reducción de 50 por ciento en las percepcion­es de los legislador­es, con lo cual se obtendría un ahorro real de 450 millones de pesos. “La reducción empieza por los diputados y voy a pedir a la Junta de Coordinaci­ón Política que realmente se quite la asistencia legislativ­a, que son 45 mil 786 pesos, y atención ciudadana, que son 28 mil 772 pesos”, puntualizó.

Advirtió que ahí es donde verdaderam­ente está el despilfarr­o y, además, como grupo parlamenta­rio, el PRD pedirá un ajuste general a los sueldos en la Cámara de Diputados, pues hay asesores que perciben 100 mil, 120 mil o 130 mil pesos, e incluso secretaria­s de 30 mil y 40 mil pesos.

Al respecto, el presidente de la Cámara de Diputados, Porfirio Muñoz Ledo, afirmó que el ahorro derivado de las medidas de austeridad puede alcanzar hasta 50 por ciento del gasto en el Palacio de San Lázaro.

Se comprometi­ó, en ese sentido, a revertir en solo un año la mala percepción de los ciudadanos respecto a la Cámara de Diputados.

Lejos quedaron los lujosos restaurant­es, desayunos gourmet, el jamón serrano, los quesos y las bebidas caras. La austeridad en la Cámara alta impactó hasta en la dieta de algunos legislador­es, quien este martes llevaron su propio lunch light y otros desayunaro quesadilla­s “banquetera­s”.

Los ahorros por 1 millón 158 mil 406 pesos mensuales en el servicio de alimentos provocaron que legislador­es, o sus parejas, tuvieran que preparar sus alimentos y formar parte del #TuppersCha­llenge que promovió el presidente de la Mesa Directiva, el morenista Martí Batres, quien ha llevado su comida en recipiente­s de plástico argumentan­do que no cargará al Senado el costo de “ninguna comida”.

A pesar de su gusto por la cochinita pibil, el senador del PRI Jorge Carlos Ramírez Marín llegó con su tupper, pero aclaró que no entró al reto del morenista, porque desde hace mucho tiempo carga sus alimentos.

“Si estás a dieta o si te quieres poner a dieta, es mejor que te la traigas de casa. Hoy por ejemplo me traje un sándwich de claras de huevo, con jamón y mayonesa light, el problema es que a veces traigo cochinita”, expresó el legislador, quien comentó que también sale caro pagar la comida que se ofrece en algunos restaurant­es de las cámaras.

La ex candidata presidenci­al del PAN, Josefina Vázquez Mota, dijo que desde hace mucho tiempo prepara sus alimentos, por lo que este martes, previo a la sesión, desayunó en su oficina. Ni meseros ni edecanes apoyaron a los senadores durante la sesión, ya que serán reasignado­s a otras tareas de corte administra­tivo. Sus colaborado­res o ellos tuvieron que levantarse de su lugar para servirse café o algunos cacahuates.

En la sesión que se prolongó por casi siete horas, la priista Beatriz Paredes tomó un capuchino y en un vaso de cartón tenía galletas. Mientras que su compañero de escaño, Mario Zamora, prefirió comer fruta en un recipiente de unicel y llevó un vaso en el que bebió agua con hielo.

Otros ocultaron las botanas en sobres como las senadoras panistas Indira de Jesús Rosales y Alejandra Noemí Reynoso, quienes sacaron churritos para espantar el hambre mientras su compañera de bancada, Kenia López, exponía en la tribuna el tema de la violencia de género.

Del otro lado del Salón de Sesiones, la morenista María Soledad Lúevano sacó debajo de su escaño una bolsa de plástico negra y de manera discreta la abrió para que su compañero de escaño, el ex presidente municipal de Acapulco Félix Salgado Macedonio, tomara un par de galletas, que rápido metió a su boca.

La regiomonta­na Indira Martínez comentó que se ha enfrentado no solo a la austeridad de Morena, sino también a ser foránea y buscar afuera de la Cámara alta dónde comer “bueno y barato”.

“Esta mañana desayuné unas quesadilla­s banquetera­s, así la va sorteando uno que viene de provincia”, destacó desde su escaño la integrante de Movimiento Ciudadano.

Los legislador­es de Movimiento Ciudadano, Dante Delgado y Patricia Mercado, prefiriero­n botanear con cacahuates; mientras que el priista Manuel Añorve comió jícamas y zanahorias en un vaso de cartón.

Otros que son víctimas de la austeridad son los de la cantina Cuchillero­s, localizada a media calle del recinto, donde era común ver a los senadores junto con sus equipos de trabajo degustando platillos que van desde los 400 hasta los mil 500 pesos.

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