El bebé extraterrestre, planeado hacia 2024
SpaceLife Origin perfila la creación de un “arca” con espermatozoides y óvulos, una fecundación y el primer nacimiento fuera de este mundo
ARedacción/México unque a muchos pueda parecerles el argumento de una película de ciencia ficción, los científicos están haciendo planes serios para la colonización de la Luna y de otros planetas, como Marte. Pero, “si la humanidad desea convertirse en una especie multilplanetaria, primero tenemos que aprender a reproducirnos en el espacio”, señaló Kees Mulder, presidente y fundador de la empresa SpaceLife Origin.
Dicha firma, con sede en los Países Bajos, es la primera compañía de biotecnología y desarrollo de misiones que salvaguardará “semillas de vida” humana —es decir, óvulos y espermatozoides— en el espacio para 2020, en una especie de arca de Noé; después, hará posible la concepción de embriones en el espacio en 2021 y, finalmente, permitirá el nacimiento humano real en el espacio para 2024.
Estos serán los primeros pasos cruciales en un viaje para la humanidad que llevará a la vida más allá de la Tierra según sea necesario para la futura colonización de otros planetas. El plan de SpaceLife Origin está dividido en cuatro fases o “misiones”. La misión Arca salvaguardará las “semillas de vida” humanas en el espacio y deberá estar lista en 2020. Un sistema de alta tecnología el núcleo de SpaceLife Origin Ark, que contiene mil tubos protegidos con células de reproducción humanas. El Arca proporciona un entorno seguro y protegido contra la radiación. Las células —macho y hembra— se recolectarán en clínicas de fecundación in vitro aprobadas y supervisadas de todo el mundo.
Las células se vitrificarán y almacenarán de modo seguro en sitios seguros de la Tierra y en un satélite en el espacio, de modo que éstas quedarán a salvo de cualquier evento catastrófico en la Tierra durante décadas: un último candado para la supervivencia de la humanidad.
El seguimiento a la evolución se efectuará en tiempo real y habrá cámaras a bordo del satélite que permitirán monitorear en sus celdas a las “semillas de vida” en órbita.