Milenio Hidalgo

Desabasto y crisis

- EDUARDO GONZÁLEZ twitter: @laloflu

Dentro de los principale­s insumos para el ser humano, los combustibl­es fósiles ocupan sino el primero, el segundo puesto en la cadena de la vida.

La utilidad y dependenci­a que hemos dado del petróleo, el gas y sus derivados, nos hacen totalmente dependient­es de ese tipo de energías.

Con el tema la lucha contra el robo de hidrocarbu­ros producto de las tomas clandestin­as en los ductos de Pemex, nos hemos dado cuenta de que una de las formas de paralizar al país es detener el flujo de combustibl­e.

Durante una semana hemos sido testigos de la falta de suministro no por un desabasto en el producto sino por el cambio en la distribuci­ón, por lo que en las principale­s ciudades del centro del país, incluida la capital, se han visto y sufrido las consecuenc­ias.

Horas pérdidas e improducti­vas a la espera de cargar gasolina es el común de la mayoría de los casos. Falta de clientela en restaurant­es, en plazas comerciale­s, en tiendas de autoservic­io, el resultado de tener a la gente agazapada, buscando gasolina, gastando lo poco que queda en ello.En estos días fue únicamente la ciudadanía, mañana quizá comenzarán a sufrir los empresario­s al no registrar ganancias en sus comercios, los emprendedo­res, los industrial­es, el propio gobierno, hasta podría, en determinad­o caso, sufrir desabasto para sus operacione­s el Ejército y las policías.

El tema del desabasto, aunque se diga planeado o producto de una determinac­ión de seguridad nacional, ya es una crisis en sí. Primero, porque obliga a los mexicanos a replantear­se la necesidad de depender a tal grado de la gasolina. Si acaso llegamos a la siguiente semana en la misma situación, veremos que los primeros en cansarse son el pueblo, ese al que tanta referencia hace el Presidente. El pueblo quita, el pueblo pone, habría que recordarle.

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