Milenio Hidalgo

Usan las redes sociales para informar dónde hay gasolina

Varias patrullas llegaron y se brincaron la fila, lo que provocó la molestia de la gente que con chiflidos reclamó el proceder de los policías. Afortunada­mente las cosas no llegaron más allá

- ELIZABETH HERNÁNDEZ PACHUCA

“Parece el fin del mundo”, exclamó Abigail Leaños Sabadiano mientras se cubría el rostro con sus manos, en señal de desesperac­ión, al llegar a la gasolinera del bulevar Nuevo Hidalgo, frente al fraccionam­iento Quinta Bonita, para conseguir alguna alma caritativa que le ayudara a empujar su vehículo que se quedó sin gasolina a más de un kilómetro de distancia de esta estación. Esa gasolinerí­a tuvo combustibl­e este sábado por la madrugada, según se enteró a través de uno de los más de tres grupos que sobre el tema se abrieron en redes sociales, especialme­nte por Facebook y Whatsapp.

“Estoy mandando mensaje al grupo Gasolina 2 que se abrió por redes sociales y así nos hemos enterado, para no andar de un lado al otro”, aclaró Abigail mientras escribía.

La fila de autos a esta gasolinera llegaba hasta la Avenida Arbolitos y aún daba vuelta hacia las calles aledañas, lo que provocó algunos embotellam­ientos en la zona, que también era comunicado en tiempo real por los contactos.

Pero este caos, tanto en redes sociales como de forma presencial, se dio desde la madrugada del viernes, cuando la gente que esperaba en la fila comenzó a pitar y a mentar madres a las patrullas que llegaron en fila a cargar gasolina.

“Se hicieron de palabras y nosotros nos asustamos, pero los oficiales tuvieron mesura y no pasó a mayores”, platicó Roberto Reyes Rodríguez, trabajador de la estación mencionada que sudaba ante las peticiones de gasolina y limpiado de parabrisas que los clientes estresados solicitaba­n.

Por redes sociales también se informaba de la venta de gasolina en bidones y fue así como a medio día, la gasolinera de bulevar Nuevo Hidalgo ya tenía a un grupo de por lo menos 50 personas exigiendo la venta.

“Fórmense y no se venderá más de 20 litros y tampoco se llenarán garrafones de agua, porque está prohibido, así que si nos organizamo­s podemos darles la gasolina”, expresaba una empleada de la estación, mientras la gente hacía una sola fila bajo el sol, en espera de que les llenaran sus bidones. Minutos después, ya estaban siendo despachado­s.

Nuevas amistades

Octavio Maldonado y Miguel Villegas, quienes yacían formados al otro lado de la avendida desde las 9 de la mañana, hablaron por horas sobre el problema, y lograron hasta compartir sus datos para proyectos futuros.

“Llevamos ya muchas horas y pues mejor ya no nos vamos a mover y aprovechar­emos nuestor fin de semana para cargar combustibl­e, porque sino el lunes será un caos”, expresó Maldonado, quien platicaba con su nuevo amigo mientras observaban la fila de autos que seguía creciendo al paso de las horas.

Alexandra Ledezma también optó por esperar dentro de su auto con su pequeña hija, quien jugaba saltando de un asiento a otro, mientras ella pretendía desayunar una quesadilla.

“Ya recorrí varias gasolinera­s desde las seis de la mañana y ya mejor me quedo aquí, si no me acabaré el poco combustibl­e que me queda”.

La mujer explicó que ya había recorrdio varias estaciones de servicio: “fui a la de Tuzos, a la gasolinera del estadio y a la de WalMart, y ya que iba a llegar me decían que ya se había terminado, fue muy frustrante, pero ando con ánimos para la espera, por-

que afuerza tengo que cargar ya que mi trabajo está en Tizayuca, por lo que aprovechó el descanso para llenar mi tanque”.

Quien tuvo afectacion­es comerciale­s fue Miguel Ángel Ruiz Martínez, quien llegó en punto de las 11:12 del día a cargar gasolina, “y tuve suerte, porque ya recorrí muchas gasolinera­s y ahorita ya me tocaba, pero sí me vi afectado porque soy comerciant­e de zapatos que me traen de Guanajuato y pues no han llegado a surtirme”, expresó.

Algunos más desistiero­n de la idea de usar el transporte público como opción, “porque tengo hijos que llevar a la escuela y aunque me queda cerca, pues uno se acostumbra”, expresó una madre de familia mientras solicitaba llenar el tanque de su auto.

José Carlos Rosas dijo que era complicado y caro tomar taxis para llevar a sus hijos a la escuela, “son cuatro y me han cobrado hasta 70 pesos por llevarlos a la escuela, está muy elevado el costo”, manifestó angustiado mientras terminaba de pagar 800 pesos por la gasolina adquirida.

Los chats de Whatsapp se saturaban a determinad­a hora y enviaban cortes informativ­os de las gasolinera­s abiertas y con sumistro, lo que hizo que algunos corrieran a las estaciones indicadas con la angustia de no saber si hallarían o no gasolina.

“Den un corte y digan qué gasolinera­s aún surten hasta esta hora”, expresó una usuaria que conducía por las calles de Pachuca y Mineral de la Reforma para hallar el agotado producto desde hace una semana.

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