“La ordeña no podía suceder sin la complicidad de quienes vigilan”
La política es el arte de disfrazar el interés particular de interés general. En medio de la batalla que el presidente López Obrador ha encauzado contra la mafia transnacional huachicolera, desde una Corte de Nueva York se devela la red de complicidades, traiciones, corrupción e intereses alrededor del cártel de Sinaloa y sus múltiples socios, algunos encargados de sobornar a funcionarios de distintos niveles y de diferentes gobiernos. Los tentáculos de Guzmán Loera se hacen públicos alcanzando a las últimas tres administraciones, pasando además por la del entonces Distrito Federal.
Testigos, ex socios, evidencias y testimonios han expuesto partes de la historia del emporio construido por el sinaloense y sus cómplices. Allá en Estados Unidos, cuyo mercado es inmenso, el juicio contra el capo golpea a México, sus instituciones y a las presidencias de Fox, Calderón y Peña Nieto de recibir millonarios pagos.
Una de las esferas señaladas ha sido la verde olivo. El ventilador salpica a la Secretaría de la Defensa y mancha el uniforme del EMP, ahí donde el hilo del saqueo y las complicidades llega también a los ductos de Pemex. La vigilancia de estas instalaciones estratégicas ha recaído en el mando militar y sus resultados demostraron un rotundo fracaso; la ordeña de ductos no podía suceder sin la complicidad de quienes los vigilan. Y el sabotaje en estos días no puede ocurrir sin la omisión del responsable designado por Pemex o la Sedena.
Cada mañana el Presidente informa que el mentado ducto, que abastece a la capital, es sistemáticamente dañado; es decir, la efectividad, estrategia, planeación, inteligencia y vigilancia alrededor de un ducto es harto deficiente, ¿para qué ahondar en lo que implica el despliegue de un estado de fuerza para la protección de la inmensa red?
Ahora bien, la otra red, la criminal, pronto estará sintiendo el golpeasusfinanzas,yaque esteilícitoyeltráficode otros derivados significa una de las entradas de capital más fuertes, explicando la lucha de controlar los estados donde están los ductos e instalaciones de Pemex.
Pero también en Palacio Nacional empiezan a conocer el delicado entramado alrededor del saqueo de barriles de crudo en las plataformas y en los buque tanques.
El panorama, mi estimado, no podría ser más peligroso.
El juicio contra el capo golpea a México y sus instituciones