El show de la Guardia Nacional
Lo he dicho desde hace mucho tiempo, cuando los antimilitaristas de hoy eran los militaristas de ayer que aplaudieron las estrategias de Calderón en su afán por ser el Mambrú que se fue a la narcoguerra, y linchaban públicamente a la gente de No+Sangre con singular alegría y un patriotismo ramplón: el Ejército tiene que pasar por el escrutinio público y la observación civil.
Digo, tomando en cuenta los abusos cometidos por las fuerzas armadas suficientemente documentados, no se les puede dejar el mando total de la lucha contra la inseguridad. Pero así como dejaron las cosas el Jelipillo y mi licenciado Peña en materia de matazones, y en lo que se reconstruyen las policías y demás, regresar a los soldados al cuartel suena un poco espeluznante.
En ese sentido la Guardia Nacional tendría que ser un mando mixto, necesariamente, como dice Tatiana Clouthier. Su aprobación ha desatado, como debe de ser, más polarización. La parte más bonita es la que dice que esto es algo así como un “golpe militar” a la Constitución. Yo, la verdad, pensé que era un chiste, pero luego me acordé de que no tienen sentido del humor, que hablaban. Digo, está bien que estén muinos pero que no sea para tanto.
Están peor que los panistas que exigen una disculpa pública por parte de Porfirio Muñoz Ledo por decirle a una legisladora blanquiazul que “hay un mínimo de tolerancia materno-infantil”, luego de que ya había pasado el tiempo disponible para criticar las estrategias de la lucha contra el huachicol. Cabe decir que ella subió al estrado con una bebé en brazos, en una imagen que casi ni se veía preparada pues, la verdad, quién se habría atrevido a rebatir o a cuestionar a una madre cargando a su criatura. Ahora no bajan a Muñoz Ledo de viejo lesbiano.
Como quiera que sea, por más que Acción Nacional haga panchos, no ha logrado posicionar sus críticas a la Guardia Nacional (algunas atendibles pero que se diluyen cuando te acuerdas que hasta hace muy poco andaban vestidos como el sargento Furia), lo que sí ha desprestigiado la cosa fue el apoyo del PRI y del Partido Verde.
Por más que el PAN haga panchos, no ha logrado posicionar sus críticas