Estereotipos: México e Italia/ I
Si hay un personaje encasillado, sujeto al estereotipo y pintado a menudo con connotaciones negativas en el cine estadunidense es el mexicano. Sí, también padecen ese discriminador encapsulamiento el latino en general y el migrante de India, pero la cercanía obliga a que la pluma de los autores de los libretos se ensañe con los paisanos.
Hombre de escaso afecto a los libros,
Donald Trump comparte esa visión del mexicano como delincuente, narcotraficante, sujeto de exclusiva competencia campesina y obrera. Lo ve como en la mayoría de tramas: el policía que traiciona a la corporación, el hampón que delata a sus cómplices y el muchacho que arruina la fiesta.
Hoy los tiempos y los premios dan margen de maniobra a los cineastas mexicanos que trabajan allá, pero hasta hace unos años un supervisor de la producción revisaba cada detalle, lo que motivaba que una película dirigida por un mexicano, digamos Mimic, de Guillermo del Toro (1997), no escapara a pintar como latino al personaje de un bolero que complica todo.
Todo esto vino a la memoria porque una página web, citada en un libro de enseñanza del italiano, se esmera en aclarar varios cuentos que las películas gringas y no gringas han creado sobre la Roma antigua, generando estereotipos no solo sobre el ciudadano contemporáneo de aquellas
tierras, sino sobre su cultura misma.
Cita, por ejemplo, la creencia extendida de que el emperador usaba el dedo pulgar para decidir la suerte de un gladiador, en lo alto para que viviera y hacia abajo para que le dieran muerte, cuando en realidad el gobernante, y solo él, no el público, empleaba un sistema de mano abierta para perdonar al caído o cerrada para consentir el sacrificio.
Se dice, en otro punto, que no solo había gladiadores hombres, sino también mujeres, espectáculo frecuente hasta el 200 después de Cristo, cuando atendiendo el descontento general, el emperador Settimio Severo decide vetar los combates femeniles, aunque están documentadas peleas posteriores, lo que prueba que en un momento se convirtió en una actividad clandestina.
Sobre la toga, los banquetes y las últimas palabras de Julio César, entre otros aspectos desvirtuados por el cine de ficción, continúa Fusilerías mañana en la sección cultural.
Trump comparte la visión del mexicano como delincuente