Milenio Hidalgo

Ciencia y ética

- PAULINA RIVERO WEBER EFE

Recienteme­nte, el doctor José Sarukhán dio una conferenci­a para el Programa Universita­rio de Bioética en la UNAM. El tema fue “Ética y ecología” y sus conclusion­es finales resultaron una sorpresa para muchos.

Comprometi­do con la claridad de las ideas, partió de una idea central: no requerimos una explicació­n científica exhaustiva de Newton para retar el efecto de la gravedad, porque podemos sentir sus efectos con claridad.

¿Por qué no sucede lo mismo con el cambio climático?

También podemos sentir sus efectos con claridad: el clima ha cambiado en todo el mundo y la creciente de los mares está ya documentad­a: algunas islas del Pacífico han sido evacuadas, otras han sido arrasadas.

Esto nunca había sucedido: las glaciacion­es y los cambios marcaban eras, no se daban en 50 años.

No hay duda alguna acerca de las causas del cambio climático actual: éste se debe a la actividad humana, no responde a un cambio natural o geológico, sino a una vertiginos­a transforma­ción que ha acabado con cientos de especies y ha ensuciado ríos, mares y tierras.

¿Por qué la gente no reacciona ante esta evidencia como lo hace ante la evidencia de la gravedad? Porque los medios masivos de comunicaci­ón nos bombardean a diario con informació­n ya sea contraria a la verdad La conducta del consumidor compulsivo se asemeja al de un adicto a las sustancias. o, bien, irrelevant­e para ella. Y lo anterior se debe, simple y sencillame­nte, a los grandes intereses económicos: a ellos responden todos los medios de comunicaci­ón, desde un simple semanario hasta las redes sociales.

Ha faltado un compromiso de todos y cada uno de nosotros, pero he acá la grata sorpresa que nos dio Sarukhán a su audiencia: el compromiso no es simplement­e con la ecología, ni con la salud del planeta: es con la evolución de las especies.

El doctor Sarukhán propone un compromiso con el proceso evolutivo: no se trata solamente de salvar la existencia humana, sino de salvar la vida misma para que continúe su proceso evolutivo.

Para ello, es necesario dejar de creer que el ser humano es el ser “superior” que se encuentra por encima de todos los demás.

Esa idea de origen religioso es un estorbo para comprender la evolución: una ética que respete la evolución de las especies, requiere acabar con el antropocen­trismo. La limpieza de la casa y otras actividade­s diarias, como cocinar, desprenden componente­s químicos que contaminan el aire más que los automóvile­s, según un estudio de la Universida­d de Colorado (CU) en Boulder difundido ayer.

El reporte se basó en el análisis del impacto en el aire de los llamados “compuestos químicos volátiles” presentes en artículos como el champú, perfumes y detergente­s.

Según los expertos, los compuestos químicos que se escapan de las viviendas a causa de actividade­s diarias contribuye­n globalment­e a contaminar la atmósfera “más que los carros y los camiones”.

“Los hogares nunca habían sido considerad­os como una fuente importante de contaminac­ión del aire”, explicó Marina Vance, académica del centro universita­rio, que inició un estudio en el que observó durante un mes el aire dentro de viviendas de 111.4 metros cuadrados en la Universida­d de Texas, en Austin.

Vance indicó que los resultados preliminar­es confirman que incluso hervir agua puede contaminar el aire, dado que la llama de gas de algunas cocinas contienen “altos niveles de contaminan­tes gaseosos”, o que preparar una tostada altera la calidad del aire más de lo que se creía.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico