A punto de ser toda una realidad
La colocación de las estructuras y el techo del nuevo estadio de los Diablos Rojos del México se llevó más tiempo de lo previsto, pero a final de cuentas la espera valió la pena: el 23 será el gran día
Ya se ve lejano aquel 2 de diciembre de 2014 cuando los Diablos Rojos, en voz de su propietario don Alfredo Harp, acompañado por el entonces jefe de Gobierno Miguel Ángel Mancera anunciaron la construcción de su nuevo estadio, proyectado como un inmueble moderno y funcional a la altura del equipo con más títulos en la historia de la Liga Mexicana de Beisbol.
En aquella conferencia se informó que el estadio se edificaría sobre siete hectáreas aledañas al Autódromo Hermanos Rodríguez, a la altura donde termina la recta principal y la zona de eses, siendo rodeado por la pista. El aforo es para 13 mil personas, aunque puede incrementarse para los playoffs, de igual manera se dijo que contaría con tiendas de recuerdos, área de comida, una explanada y un área infantil, además de tener diversas facilidades para el movimiento de personas con discapacidad o en silla de ruedas. El costo de la inversión: 60 millones de dólares, alrededor de 800 millones de pesos.
El diseño, que corrió a cargo de las firmas de arquitectos ADG, del arqui- tecto Alonso de Garay, y JAHN. incorporó parte de la historia y tipologías de construcciones pre- hispánicas fusionada con la arquitectura contemporánea.
En esos días no se habló de una fecha de conclusión, aunque se esperaba que estuviera listo en 2017. Imagen de las labores de construcción del estadio de los Diablos.
Colocada la primera piedra en 2015 se pusieron manos a las obras para darle forma a este importante proyecto, aunque también comenzaron a presentarse los primeros inconvenientes. En marzo de ese año, la obra sufrió un retraso porque no se entregó el proyecto a la Secretaría del Medio Ambiente del Distrito Federal, requisito indispensable para autorizar cualquier construcción. Las cuestiones legales se llevaron
más tiempo de lo previsto, por lo que el inicio de la obra se demoró varios meses.
El techo no estuvo fácil
En consecuencia, el retraso en el inicio de la edificación afectó los planes, de ahí que la tentativa fecha de acabarlo en 2017 se vino abajo, por lo que se determinó que los Diablos iban a jugar al menos una temporada más en el Fray Nano.
Entre los imponderables surgió uno que también se llevó mucho más tiempo en solucionarse: la estructura y la colocación del techo, parte muy importante del proyecto y que iba a ser el distintivo del inmueble. Y es que en su momento la plataforma de concreto sobre la cual la grúa que instalaría las estructuras metálicas sufrió un hundimiento, situación que aunada a las fuertes lluvias que azotaron a la Ciudad de México, provocó un retraso significativo.
En su momento, gente de los Diablos confió a MILENIO Diario que lo importante era que la estructura y, por supuesto, el te-
cho quedaran perfectamente colocados, y aunque lamentaban el retraso, se llevaría el tiempo que fuera necesario.
Así, la nueva fecha de apertura que se había dado, marzo de 2018, quedó descartada, a fin de que la construcción no descuidara ningún detalle.
En octubre pasado, el mismo Alfredo Harp ahora sí confirmó que la nueva casa escarlata abriría sus puertas en 2019, fecha que se confirmó el mes pasado.
Desde su anuncio en diciembre de 2014 a su inauguración, la próxima semana, habrán pasado cuatro años y tres meses, pero, sin duda, la espera valió la pena.