La diplomática cuarta transformación
La sumisión y tolerancia con frecuencia son los caminos más cómodos. En febrero se encendieron las alertas estadunidenses detonando el viaje relámpago de Jared Kushner para sostener un encuentro con el Ejecutivo, atropellando las formas que es fondo, y colocar sobre la mesa el cumplimiento de los acuerdos.
Kushner, amigo del copresidente Gómez de Televisa, se vio obligado a buscar una ruta, inexistente con Ebrard, para que López Obrador escuchara las preocupaciones y lo que México debe esperar en las próximas semanas ante el descomunal desorden de las caravanas migrantes. Según cifras del Departamento de Seguridad Nacional (DHS) el mes pasado más de 75mil personas cruzaron la frontera y no hay capacidad ni voluntad en el reloj electoral de Trump para atender esa masa crítica, así que la 4T deberá honrar lo que de facto aceptó en diciembre; México será “Tercer País Seguro” pese a la negativa y ambigüedad en las respuestas de Gobernación y cancillería ante la medida unilateral que (des)dibuja la diplomacia mexicana, fiel botón de la transformación.
Estados Unidos ha solicitado abrir la garita de El Paso, Texas, para ser otro filtro migratorio y devolver a extranjeros para que esperen en territorio nacional el desarrollo de su proceso, ya que Tijuana está desbordado. La organización de la reunión a cargo de Kushner- Gómez mantuvo al margen a Pompeo y Ebrard, que conocieron del viaje, el primero horas antes del despegue y el segundo horas antes de la cena. Las formas de Palacio Nacional también aclaran el fondo.
La frívola explicación presidencial del largo encuentro entre amigos en casa de un amigo para hablar del tema migratorio y del T-MEC desfigura aún más al gobierno mexicano, contradice posturas, hace resbalar a López Obrador, exhibe a Gobernación y pone en jaque a la cancillería desde donde, además, se golpea a la embajada en Washington.
Debe quedar en la memoria colectiva que la 4T abrió con supina irresponsabilidad la Caja de Pandora con la migración (des)ordenada, la que suma puntos al discurso electoral de Trump, la que detonará altos niveles de violencia y cambiará el paradigma interno y geopolítico de la región.
La 4T deberá honrar lo que de facto aceptó en diciembre