#EnEsoSi QueCreo
Clasifico a las personas asociadas este fin de semana en Twitter a los hashtags #YoSiLesCreo y #MeTooEscritoresMexicanos en varias categorías: hombres a quienes conozco y considero incapaces de agresión sexual (pero podría equivocarme); hombres a quienes conozco y considero perfectamente capaces de agresión sexual (pero, otra vez, podría equivocarme); mujeres cuyas historias conozco, y me conmueven; mujeres a quienes no conozco, y cuya probidad moral —o falta de ella— ignoro; y denunciantes que, al exhibir a sus presuntos agresores, eligieron no revelar su nombre, cuya identidad desconozco, y en quienes no puedo creer o descreer ya que nada garantiza que no formen parte de una granja de bots (y tampoco que formen parte de una).
Hay en la lista un escritor —a quien no conozco— acusado de violación por varias denunciantes anónimas. Cabe que sea culpable, caso en el que merece prisión. Cabe también que sea inocente, y que los enemigos políticos de su padre —un alto funcionario a quien tampoco conozco— hayan aprovechado la plataforma para dañar la imagen de ambos. ¿Cómo saberlo? Mediante una denuncia penal y un juicio en el que goce del inalienable derecho a debido proceso. En eso sí que creo.
Creo que la violación y el abuso sexual no solo son delitos graves si- no capaces de arruinar la existencia de una persona. Creo que el acoso, el asedio y el hostigamiento son prácticas reprensibles y punibles. Y creo que equipararlos a historias de crisis de pareja o de threesomes que salieron mal —que también se cuentan ahí— constituye una falta de respeto a sus víctimas.
Creo también en la Ley General de Acceso a las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, aunque la creo perfectible. Creo en la necesidad de integrar mesas de trabajo en el Congreso para hacerle las reformas necesarias para garantizar la protección de potenciales víctimas. Creo en la promoción de una cultura de denuncia de los delitos sexuales. Creo en la capacitación a los Ministerios Públicos, y en que se les apliquen sanciones cuando no otorguen a qui enes denuncien la atención y el respeto debidos.
Si esta campaña logra esos objetivos, creeré en ella. Y en Twitter.
Nada garantiza que las denunciantes de acoso
no sean bots