Pejemoñas, lisas y rectas
Al inaugurar el estadio de beisbol de los Diablos Rojos del México, el Presidente fue abucheado y recibió rechiflas de aficionados. ¿No es verdad que Liópez Obrador tiene una aprobación monstruosa? ¿Entonces?...
Repantigado en el mullido sillón del amplísimo estudio, Gil leía sus periódicos. El País publicó una extensa entrevista con el secretario de Hacienda y Crédito Público: “Pemex es una empresa que tiene problemas financieros a corto plazo, pero también creo que tiene un gran futuro, sin exagerar. Hay nuevos yacimientos muy importantes de crudo relativamente fáciles de extraer y varias cosas que se pueden hacer a medio plazo”. Si son fáciles de extraer, no se diga más y empecemos a traer el oro negro de las profundidades de la Tierra.
Dice Urzúa: “Pero en el muy corto plazo Pemex tiene una deuda excesiva, muy grande [107 mil millones de dólares, la petrolera más endeudada del mundo] y eso puede hacer que tenga problemas en el refinanciamiento en los próximos meses e incrementar la percepción de riesgo por parte de todos los inversionistas. Es un reto buscar la manera de ayudar a la empresa”. Pemex ha muerto, ¡viva Pemex!
Oigan esto, por piedad: “Diría que estamos en la situación que esperábamos. Hay variables que van mejor de lo que creíamos nosotros para este momento, como el tipo de cambio, que se beneficia mucho de la debilidad del dólar y del hecho de que nuestras tasas de interés son muy altas para los estándares internacionales e, incluso, entre países emergentes. La inflación, es sorprendente, pero va bien”. Dios oiga al secretario Urzúa. Recemos 100 avemarías.
Teléfono descompuesto
“Al menos dentro del Ejecutivo estamos todos más o menos en la misma sintonía y no ha habido teléfono descompuesto. En el caso del Legislativo, tampoco: dado que Morena controla las dos Cámaras, tenemos una gran ventaja en esos términos y hay mucha fluidez”. Que viva la fluidez. ¿Está usted fluido?
“En el caso de las propuestas del Legislativo, muchas veces hechas de muy buena fe, algunas veces sí hemos fallado los dos lados en no comunicarnos lo suficiente. Dentro del Ejecutivo, y en particular en el caso de las refinerías, yo creo que sí fue un poco tergiversada la opinión del subsecretario”. Se tergiversó, en efecto: el subsecretario Herrera dijo que Dos Bocas no iba, pero luego el Presidente dijo que sí. Y donde se dice que sí es sí y no es no al final el no es sí y el sí es no, o como se diga. O como ustedes digan.
“Que al final del sexenio estemos creciendo a una tasa promedio de 4%. Todavía creemos que es posible a partir de la última mitad del sexenio, y seguimos creyendo que, básicamente, es un problema de inversión pública y privada”. 4%, venga vamos, no se diga más, ¿y por qué no 5%? Total, qué es un puntito de más o de menos.
Mala tarde
Gil se llevó los dedos pulgar y anular a las sienes, un gesto muy 4T. Al inaugurar el estadio de beisbol de los Diablos Rojos del México, el Presidente fue abucheado y recibió rechiflas de aficionados. Al tomar nota de la inconformidad, el Presidente dijo que se trató de la porra del equipo fifí. Una porra fifí. Ji ji. Explíquenle a Gil: ¿no es verdad que Liópez Obrador tiene una aprobación monstruosa? ¿Entonces? En fon.
“Voy a seguir tirando pura pejemoña, los voy a seguir controlando con lisas, con rectas de 95 millas y con curvas. Vamos a seguir ponchando a los de la mafia del poder”, expresó el Presidente. Desde su arribo al estadio Alfredo Harp Helú, acompañado de este empresario, el Presidente recibió algunos gritos de ¡fuera, fuera, fuera!, y silbidos de mentadas. El discurso del Presidente fue el más corto desde que ocupa el cargo: dos minutos 55 segundos. “No voy a hablar mucho, porque hay algunos de la porra del equipo fifí, pero la mayoría de la gente está en favor del cambio y del rey de los deportes: el beisbol.” ¿Cómo la ven? Dicho esto sin la menor intención de un albur beisbolero.
Todo es muy raro, caracho. Como diría Thomas Alva Edison: “No sabemos ni un cienmillonésimo de nada”.
Su discurso, el más corto desde que es Presidente: 2 minutos 55 segundos