Alguien te ve, te escucha y no lo sabes
Casi 0.2 por ciento de lo que le dices al asistente de Google cada vez que pides información o solicitas algo mediante alguno de los dispositivos donde está habilitado es lo que también podrían oír personas que se dedican a transcribir segmentos de lo que se dice después del famoso “ok Google”.
Esto lo reveló un medio de comunicación belga, VRT NWS, que tuvo acceso a miles de extractos de audio que, asegura, no solo fueron enviados a servidores de Google cuando se dice la palabra clave “ok Google”, sino también en momentos donde no tendrían que grabar lo que pasa en el lugar donde están instalados dispositivos como los llamados Home de la compañía.
Lo importante de la investigación es que hay expertos en análisis de lenguaje que transcriben estos audios para mejorar la inteligencia artificial y el reconocimiento de voz que, a veces, escuchan elementos que podrían considerarse que invaden la privacidad de los usuarios.
En el reportaje de VRT NWS, el periodista logra, con detalles como la dirección de un lugar dicha en los audios, encontrar a los usuarios de los dispositivos de Google, quienes se sorprendieron al darse cuenta de que ese comando de voz permitió a un reportero localizarlos.
Ante esto, Google respondió en su blog oficial que luego de saber de la filtración
de dichos audios los equipos de Seguridad y Respuesta de Privacidad fueron activados y están investigando para tomar medidas, además, aseguró que están realizando una revisión para salvaguardar la información y que no se use de manera malintencionada, así como para clarificar a los usuarios, de forma más completa, como se usan sus datos.
Más allá de lo que para muchos significaría un escándalo por el hecho de que alguien está escuchando parte de lo que hablas en un espacio considerado privado la realidad es que hay que entender que para lograr que muchas de las funciones automáticas, no solo de Google sino de otras compañías con asistentes inteligentes, puedan ser eficientes la pérdida de cierta parte de nuestra privacidad parece un mal necesario.
Tener un gadget en casa que incluye un micrófono tendría que ser suficiente para estar conscientes que alguien podría estar escuchando todo lo que decimos y es que se ha demostrado en los últimos años que los hackeos y fallas en los sistemas, exponen datos de los usuarios que se supone deberían estar cifrados y seguros en algún servidor. Esta misma semana se dio a conocer que la aplicación de videoconferencias, Zoom, tenía un fallo que permitía que cualquier sitio web tuviera acceso a la cámara de las computadoras MacBook sin que el usuario diera su permiso o siquiera se enterara de la intrusión. Aunque el error ya fue solucionado la pregunta de cuántas vulnerabilidades en otras apps podrían invadir la privacidad mediante las cámaras de las computadoras queda en el aire. Bloomberg reveló hace unos meses que Amazon también tiene personal que escucha y transcribe extractos de audio cuando se habla con Alexa y no sabemos cuántos más servicios similares hacen lo mismo, lo único cierto es que si queremos estar seguros que nadie nos ve ni nos escucha sin nuestro permiso por la bendita tecnología, lo mejor es decirle "bye bye Google, Alexa o Siri", y vivir como hasta antes de su existencia, sin tanta automatización y personalización de servicios a cambio de nuestra privacidad.