Milenio Hidalgo

Gobernar tu tiempo

- TOMÁS CANO MONTÚFAR

En política se presenta como un mal congénito el dilema por resolver entre lo urgente y lo importante. Llega a perder sentido la opción porque, en apariencia, todo es urgente y

todo es importante.

Ocurre en muchos ámbitos de la vida: en los negocios aún existe la oportunida­d de hacer cálculos y decidir por aquello en donde las cifras den la respuesta mientras que en medicina se arma todo el andamiaje para atenuar los daños colaterale­s al enfrentar irrenuncia­blemente una urgencia.

Al hacer política no se inicia de cero. Al tomar la responsabi­lidad de un cargo público los asuntos ya están en la pista; vienen de frente, en desorden y algunos sangrando. La mayoría de esos asuntos están ungidos de conflicto porque no se previeron ni se condujeron por rutas eficaces.

Cuando un político se dedica solo a las emergencia­s su carrera es intrascend­ente y habrá contribuid­o a que esas urgencias sean infinitas. Si un político de gran visión con proyectos importante­s se olvida del fragor diario de las luchas sociales bien pronto le crecerá un monstruo indomable que le impida alcanzar el sueño. Sin gobernabil­idad ningún plan cuaja.

La ecuación no la resuelve un superhéroe o un ejecutivo de alta escuela. Es la suma de muchos elementos. Es tarea de profesiona­les, invadida en muchas áreas por entusiasta­s voluntario­s, funcionari­os de ocasión, improvisad­os o francament­e algunos perversos que ingresan al sector público a saciar su interés. Planeación, sólidos equipos de trabajo, disciplina, talento para delegar, visión de largo aliento y muchos atributos más debe ser la armadura de un buen político. Nunca se debe posponer lo importante; aplazarlo es restarle su propia importanci­a. San Agustín dice: gobernar tu tiempo, te abre tiempo para vivir.

 ??  ??
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico