Frenan traslado de Lula a una cárcel de Sao Paulo
La Policía Federal en Curitiba alegaba “trastornos” en su sede, donde está preso el ex presidente, por la llegada de partidarios y detractores
Los abogados de Da Silva enviaron un pedido urgente para que el STF suspendiera la operación
LacortesupremadeBrasilsuspendió ayer una orden de traslado del ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva de su celda en la Policía Federal en la ciudad de Curitiba (sur) a una cárcel común de Sao Paulo, en una jornada que reavivó los pedidos de revisión de su caso.
Por 10 votos contra uno, el Supremo Tribunal Federal (STF) decidiómantenerallíderhistóricode la izquierda en la sala de la sede policialdeCuritibahastaanalizarsiel ex juez y actual ministro de Justicia, Sergio Moro, fue parcial al condenarlo por corrupción.
Una magistrada regional ordenó por la mañana de ayer el traslado, atendiendo un pedido de la policía que alega diversos trastornos ocasionados por la custodia de Lula da Silva, debido a la aglomeración de partidarios y adversarios en los alrededores de su lugar de reclusión y a las numerosas visitas de personalidades brasileñas y extranjeras que recibe.
El ex mandatario (20032010), de 73 años, iba a ser transferido de Curitiba –donde purga una pena de casi nueve años– a la Penitenciaria II de Tremembé, a unos 150 kilómetros de la ciudad de Sao Paulo (sudeste).
La jueza explicó que la decisión buscaba “reducir los costos humanos y financieros inherentes a la custodia” y “proporcionarle [a Lula] mejores condiciones de resocialización”, en un establecimiento “cerca de su medio social y familiar”.
Pero los abogados de Lula enviaron un pedido urgente para que el STF suspendiera la operación, alegando que si las autoridades no pueden custodiarlo donde se encuentra,deberíanconcederlela“libertadplena”yno“colocarloenuna situación de mayor vulnerabilidad jurídicaypersonal”.
Lula recibió la noticia del fallo del STF “con serenidad”, dijo uno de sus abogados, Manoel Caetano Ferreira.
“Evidentemente que estaba indignado. Todos sabemos que su prisión es injusta, él se considera y es considerado como un preso político”, pero “confía en el Supremo”, agregó Ferreira.
Lula cumple una condena de 8 años y 10 meses de prisión, como beneficiario de un departamento enellitoralpaulistapuestoasudisposiciónporunadelasconstructorasinvolucradasenelescándalode sobornos de Petrobras.
Su defensa pidió en noviembre que el STF analice la imparcialidad delfallo,despuésdequeeljuezMoro, autor en 2017 de la condena en primera instancia, aceptara ser ministrodeJusticiadelactualpresidente, elultraderechistaJairBolsonaro.
La teoría de la conspiración contra la izquierda ha ganado fuerza desde junio, cuando el portal de periodismo de investigación The Intercept Brasil inició una serie de publicaciones basadas en supuestas conversaciones privadas entre Moro y los fiscales del caso Lava Jato, que sugieren cercanía entre las dos partes.