FIL Guadalajara. Reconocen la labor literaria de Luisa Valenzuela
Tras cinco décadas de entrega a la palabra, la escritora recibió de manos de Silvia Lemus la presea Carlos Fuentes
Empecemosporelfinal: Silvia Lemus le entrega la presea Carlos Fuentes a la escritora argentina Luisa Valenzuela, y le suelta, a manera de broma: “Cuídala bien, es de oro”. La respuesta produce más aplausos entre el público: “La voy a cuidar bien porque es de ustedes”.
Un mediodía en el que Valenzuela habló de la literatura, de Carlos Fuentes, de los problemas políticos y sociales en América del Sur y, por encima de todo, acerca del poder de las letras: “El poder de la lectura nos enseña a enfrentarnos al poder.
“No me mueve a escribir novelas o cuentos la necesidad de contar historias, ni un afán de catarsis o de expiación. Es apenas un loco intento de ir en busca de aquello que sabemos perdido de antemano. Lo que no puede ser dicho, pero que empujará los límites de lo decible”.
A lo largo de cinco décadas de entrega a la palabra, ya sea desde la narrativa como de los ensayos, la obra de Luisa Valenzuela suele girar en torno a temas como el poder, el cuerpo, el humor y el lenguaje, bajo una certeza: “La felicidad del libro, de la lectura, es el hallazgo del propio camino.
“A lo largo de décadas se ha hablado de un cambio de paradigma. Pareciera que en estos momentos estamos viviendo tal cambio, entre fascinante y aterrador, que implica salirse de este status quo, del aquí y ahora. Para evitar estancarnos tenemos paliativos, o más bien herramientas para impulsarnos hacia adelante: los libros, la literatura, las letras. El arte en general”.
Si estamos en una feria del libro, Luisa Valenzuela aprovechó para darle un empujoncito al libro impreso, “el viejo y querido libro”, el que se puede acariciar, olfatear, marcar, subrayar: un objeto privado en materia de letras.
“En los libros nos esperan las utopías, los sueños concretados y los que vendrán, aquello que descubrimos que sabíamos aun sin saberlo, hasta ciertas respuestas absolutamente individuales: una novela,unaseriedecuentosopoemas, nos abren a los mundos más diversos, permitiéndonos obviar obcecadas certidumbres, la falsa seguridad de fundamentalistas y amantes del autoritarismo”.
La autora de títulos como La máscara sarda. El profundo secreto de Perón, Cuidado con el tigre, El mañana o Novela negra con argentinos, reflexionó también acerca del lenguaje inclusivo, bajo el entendido de que el lenguaje es político, “y los cambios al respecto van más allá de una mera formalidad, cuestionan directamente en el hoy llamado sexismo lingüístico”.
Feminismo de Hustvedt
Otra de las protagonistas del programa de la Feria Internacional del Libro (FIL) de Guadalajara es la estadunidense Siri Hustvedt, quien acude no solo en su faceta de escritora, sino también de divulgadora de la ciencia y como una de las figuras del movimiento feminista, sobre el que ha reflexionado a lo largo de su vida, incluso desde una perspectiva literaria.
“Cuando tenía 14 años me declaré feminista porque ese fue el momento de la liberación femenina. Después, creo que el feminismo retrocedió en la sociedad: hubo la noción de que la mayoría de estos problemas se habían resuelto y ahora regresó con gran fuerza, lo que se debe a una ira generada por las posiciones que ha obtenido la mujer en la actualidad”.
Durante un encuentro con medios de comunicación a propósito del lanzamiento de la novela Recuerdos del futuro (Seix Barral, 2019), la escritora recordó que durante su infancia en Minnesota no había abogadas o médicos mujeres “ni una sola.
“Esto ha cambiado, pero acompañado de una gran ira, porque al elevar a las mujeres, en algunos hombres se produjo la idea de que se reduce su masculinidad. Y eso lo experimentan como humillación y vergüenza, una tensión que se convirtió en el combustible del feminismo contemporáneo. Doy bienvenida a esto de todo corazón”, en palabras de Hustvedt.
“La felicidad del libro, de la lectura, es el hallazgo del propio camino”