Joselito triunfa al cortar tres orejas
Sorteó un lote de oro. Ponce y Aguado no tuvieron la misma fortuna de Adame, mientras que Barba pasó sin pena ni gloria. La tarde se hizo larguísima, con ocho toros
5ª corrida de Temporada. Monumental Plaza de Toros México. La mejor entrada de Temporada. Tarde muy ventosa que inició con sol y terminó con frío.
Abrió plaza el confirmante sevillano Pablo Aguado vestido de lapislázuli y oro con cabos en blanco. Pablo estuvo tesonero ante un toro incierto que nunca se entregó. Mató de pinchazo hondo, bajonazo y fallas con el acero corto. Escuchó un aviso. Se retiró entre silbatina.
Ante su segundo poco o nada pudo hacer, pues ya la gente estaba cansada y un tanto fastidiada de tan larga tarde. El toro no se prestó para lucir y la gente empezó a abandonar la plaza. Deberá repetir para ver su infinita calidad. Anécdota curiosa: El Juez cambió el tercio cuando Aguado ya había empezado a torear de muleta.
De blanco y pasamanería en negro, se presentó esta temporada el valenciano Enrique Ponce quien tuvo inicio colosal con una tanda por la derecha; posteriormente se desató un ventarrón que le irrumpió su faena. Falló con los aceros.
Ante su segundo, no pudo lucir pues el toro nunca bajó la cabeza y no trascendió su faena. Falló de nuevo con los aceros. Se retiró entre fuertes reclamos populares. El valenciano se negó rotundamente a regalar un toro.
El hidrocálido Fabián Barba de fresa y oro nunca le encontró la brújula a su primero. El toro era noble y repetidor y él perdió los papeles y se puso a pegar muletazos sin ton ni son. Mató como pudo y se retiró entre fuerte abucheo.
Ante su segundo de la tarde, mostró una actuación similar y no conectó con la gente. Fue recriminado mientras toreaba. Volvió a estar fatal con los aceros. En todas las veces que se tiró a matar su muleta voló por los aires.
José Adame rifó el mejor lote. Vestido de marino y oro inició de rodillas con una tanda un tanto atropellada que le llegó mucho a la gente. Adame toreó entre altibajos y decidió abreviar su faena mató de entera que tardó en doblar suficiente para cortar una oreja a Canónico, ejemplar de Jaral de Peñas, orgullo de la ganadería mexicana al que merecidamente se le dio arrastre lento.
Ante su segundo enemigo de la jornada, un toro que metía la cabeza e iba de largo. Toreó muy a su estilo, logrando pegar pases hilados que le llegaron al público. Lo mató de volapié ligeramente tendido para cortar dos orejas y salir hombros entre el clamor popular.