Creadores. Se capacita círculo actoral con taller de dramaturgia
Uno de los pendientes más sentidos de la sociedad mexicana y de su sistema educativo, es sin lugar a dudas el reconocimiento a la labor de las maestras y los maestros. En los tiempos y condiciones actuales de confinamiento, la docencia resalta como una profesión con gran valor: El valor de la transformación y cambio de rumbo de nuestra sociedad. En las manos del docente, se deposita la constitución de una ciudadanía con mayor sentido humano y social. Para ello, la sociedad y el gobierno deben procurarle las mejores condiciones para su labor. Mejores salarios, mejor formación, mejor atención a sus necesidades. No es posible seguir pensando en la “excelencia educativa” con maestras y maestros mal pagados, con grupos numerosos de alumnos, con edificios escolares en condiciones deficientes, con la burocracia administrativa que les ahoga, con un prestigio social lastimado y/o con un sindicalismo que les sujeta u olvida.
El valor de las maestras y los maestros está en la dignidad e importancia de su tarea. La educación es un asunto muy serio. La relación que establecemos con los niños, adolescentes o adultos es primordial para su formación. Podemos contribuir al fracaso o al éxito de sus proyectos. Podemos perjudicarlos por nuestra mala preparación o contribuir a que sean personas responsables, honestas y más humanas.
El valor de las maestras y los maestros se encuentra en el amor a su profesión. Un docente que se preocupa por la formación de sus alumnos desde pensar su planeación e intervención pedagógica hasta encontrar sentido y significado a su enseñanza, es un docente que está en el camino correcto. Son maestras y maestros que procuran dar un sentido diferente a su práctica y a su escuela. Son docentes con pensamiento abierto y progresista que ven en cada contenido escolar un motivo de lucha para una sociedad mejor.
El valor de las maestras y los maestros es tener atrevimiento. La docencia no debe mostrar docilidad ante la discriminación, la injusticia, la corrupción, la exclusión. No debe ser apática a su función social. Atreverse a que su voz sea escuchada es fundamental. Las maestras y maestros callados y apáticos se convierten en sí mismos en comparsas de un sistema del que frecuentemente reniegan. Atreverse al cambio, al tránsito, a la transformación, expresa la esencia de la labor docente. Atreverse a rupturar la tradición y dar paso a la innovación con sentido, es pensar en una práctica pedagógica más pertinente a la realidad y entorno social.
El valor de las maestras y maestros es pensar en otra educación, en otra escuela. Una educación donde el conocimiento no sea acabado, sino que se reconozca en proceso. Una educación que no se situé únicamente en la reflexión, sino que avance a la acción y transformación. Una educación que no se desarticule del sentido social y humano. En el mismo tenor, pensar en una escuela que inspire, que sea creativa, que cuestione, que contextualice las prácticas que desarrolla. Una escuela que piense en la colectividad como esencia y dispositivo comunitario para su desarrollo. Una escuela que rompa la inercia de la tradición y la ideología dominante que daña el avance del pensamiento.
El valor de las maestras y los maestros es su práctica misma. Una práctica educativa fundamentada en un pensamiento progresista. Una práctica que enfrente las incertidumbres y la resistencia habitual a justificar o negar lo que hacemos. Una práctica más consciente, crítica y participativa que cuestiona y ruptura la labor del maestro de ser mero ejecutor y transmisor de programas educativos o como diría Fernando Savater (1997) un “inconforme creador”, capaz de admirarse y recrearse de la realidad (social, cultural, histórica, científica, política, intelectual, pedagógica, etc.) que le rodea.
Ante el confinamiento y la pausa en las actividades teatrales, el actor Ginés Cruz lanzó un taller de dramaturgia para invitar a creadores hidalguenses a que formen parte de él, con el fin de que puedan iniciar su guion y fortalecer este gusto creativo que tienen muchos creadores.
Será ofrecido vía online y estará conformado por ejercicios de improvisación dramática que se escribirán durante las nueves sesiones que completan este training, indicó el especialista. “Me pareció pertinente lanzar este taller durante esta contingencia, es un taller práctico en el que van a encontrar herramientas para poder escribir teatro, no es un taller en el que se escribirá una obra completa, pero son ejercicios que van funcionando para trabajar y entrenarse, de ahí el nombre training, entrenar la pluma, la imaginación, porque uno luego se sienta y no sabe que escribir.
Radica en la posibilidad de contribuir a que la vida social sea más justa y amorosa