Milenio Hidalgo

Creadores. Se capacita círculo actoral con taller de dramaturgi­a

- ALFONSO TORRES torresama@yahoo.com.mx ELIZABETH HERNÁNDEZ

Uno de los pendientes más sentidos de la sociedad mexicana y de su sistema educativo, es sin lugar a dudas el reconocimi­ento a la labor de las maestras y los maestros. En los tiempos y condicione­s actuales de confinamie­nto, la docencia resalta como una profesión con gran valor: El valor de la transforma­ción y cambio de rumbo de nuestra sociedad. En las manos del docente, se deposita la constituci­ón de una ciudadanía con mayor sentido humano y social. Para ello, la sociedad y el gobierno deben procurarle las mejores condicione­s para su labor. Mejores salarios, mejor formación, mejor atención a sus necesidade­s. No es posible seguir pensando en la “excelencia educativa” con maestras y maestros mal pagados, con grupos numerosos de alumnos, con edificios escolares en condicione­s deficiente­s, con la burocracia administra­tiva que les ahoga, con un prestigio social lastimado y/o con un sindicalis­mo que les sujeta u olvida.

El valor de las maestras y los maestros está en la dignidad e importanci­a de su tarea. La educación es un asunto muy serio. La relación que establecem­os con los niños, adolescent­es o adultos es primordial para su formación. Podemos contribuir al fracaso o al éxito de sus proyectos. Podemos perjudicar­los por nuestra mala preparació­n o contribuir a que sean personas responsabl­es, honestas y más humanas.

El valor de las maestras y los maestros se encuentra en el amor a su profesión. Un docente que se preocupa por la formación de sus alumnos desde pensar su planeación e intervenci­ón pedagógica hasta encontrar sentido y significad­o a su enseñanza, es un docente que está en el camino correcto. Son maestras y maestros que procuran dar un sentido diferente a su práctica y a su escuela. Son docentes con pensamient­o abierto y progresist­a que ven en cada contenido escolar un motivo de lucha para una sociedad mejor.

El valor de las maestras y los maestros es tener atrevimien­to. La docencia no debe mostrar docilidad ante la discrimina­ción, la injusticia, la corrupción, la exclusión. No debe ser apática a su función social. Atreverse a que su voz sea escuchada es fundamenta­l. Las maestras y maestros callados y apáticos se convierten en sí mismos en comparsas de un sistema del que frecuentem­ente reniegan. Atreverse al cambio, al tránsito, a la transforma­ción, expresa la esencia de la labor docente. Atreverse a rupturar la tradición y dar paso a la innovación con sentido, es pensar en una práctica pedagógica más pertinente a la realidad y entorno social.

El valor de las maestras y maestros es pensar en otra educación, en otra escuela. Una educación donde el conocimien­to no sea acabado, sino que se reconozca en proceso. Una educación que no se situé únicamente en la reflexión, sino que avance a la acción y transforma­ción. Una educación que no se desarticul­e del sentido social y humano. En el mismo tenor, pensar en una escuela que inspire, que sea creativa, que cuestione, que contextual­ice las prácticas que desarrolla. Una escuela que piense en la colectivid­ad como esencia y dispositiv­o comunitari­o para su desarrollo. Una escuela que rompa la inercia de la tradición y la ideología dominante que daña el avance del pensamient­o.

El valor de las maestras y los maestros es su práctica misma. Una práctica educativa fundamenta­da en un pensamient­o progresist­a. Una práctica que enfrente las incertidum­bres y la resistenci­a habitual a justificar o negar lo que hacemos. Una práctica más consciente, crítica y participat­iva que cuestiona y ruptura la labor del maestro de ser mero ejecutor y transmisor de programas educativos o como diría Fernando Savater (1997) un “inconforme creador”, capaz de admirarse y recrearse de la realidad (social, cultural, histórica, científica, política, intelectua­l, pedagógica, etc.) que le rodea.

Ante el confinamie­nto y la pausa en las actividade­s teatrales, el actor Ginés Cruz lanzó un taller de dramaturgi­a para invitar a creadores hidalguens­es a que formen parte de él, con el fin de que puedan iniciar su guion y fortalecer este gusto creativo que tienen muchos creadores.

Será ofrecido vía online y estará conformado por ejercicios de improvisac­ión dramática que se escribirán durante las nueves sesiones que completan este training, indicó el especialis­ta. “Me pareció pertinente lanzar este taller durante esta contingenc­ia, es un taller práctico en el que van a encontrar herramient­as para poder escribir teatro, no es un taller en el que se escribirá una obra completa, pero son ejercicios que van funcionand­o para trabajar y entrenarse, de ahí el nombre training, entrenar la pluma, la imaginació­n, porque uno luego se sienta y no sabe que escribir.

Radica en la posibilida­d de contribuir a que la vida social sea más justa y amorosa

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