Leyes no cambian la realidad
Las elecciones locales en Hidalgo, la pasada del año 2020ylapróximadel2021 dejarán en evidencia lo inútiles que han sido, por ahora, algunos cambios de las leyes electoral es. Se ha legislado para que más mujeres sean electas en cargos de elección popular y también para permitir la reelección de diputados en pos de congresos profesionales.
El espíritu de las reformas son impecables: igualdad de oportunidades y congresos eficientes. Objetivos loables, pero, a la luz de la práctica política, no asequibles por ahora.
En el caso de las mujeres al poder solo 14 de ellas, de 84 municipios logró encabezar un ayuntamiento, un 16 por ciento de efectividad, lejos del 50 por ciento que pretende la ley. Aquí la ley no ha logrado alterar la condición machista de la sociedad, no pudo con las artimañas internas de los Partidos que orillaron a las candidatas a municipios perdidos de antemano ni consiguió moverle la mano al elector hacia una opción femenina.
La reelección de diputados pretende, según la ley, formar legisladores competentes, construir una institución experimentadaque alcance la fortaleza necesario para un Poder del estado que resuelva efectivamente los intereses ciudadanos. Pero en la realidad muy pocos diputados podrán re elegiste porque sus prioridades están en otro cargo olas furiosas riñas internas de los partidos les impedirá n ejercer una opción que tendría como resultado un Congreso eficiente.
Un Congreso limitado en sus capacidades generará más leyes con dificultad para, verdaderamente, reflejar las aspiraciones y necesidades de la sociedad. No pueden ordenar igualdad y eficiencia por decreto; las transformaciones vienen de raíz. Esto podrá ocurrir cuando el servicio esté antes que el ansia de poder.