Crecimiento parece no ser importante
Llama mucho la atención que la presente Administración no ponga más énfasis en generar crecimiento económico, la apuesta es básicamente por la estabilidad, lo cual está bien, pero no tiene que ser excluyente en relación al crecimiento; la pregunta clave es ¿de qué nos sirve tener estabilidad económica si no tenemos crecimiento?
Este 2021 será un año engañoso porque después de una caída tan brutal como la de 2020 de -8.2%, es lógico que la economía rebote; sin embargo, este regreso no será suficiente para eliminar las pérdidas que nos dejó 2020, y lo que es peor la perspectiva para 2022 y 23 no es halagüeña, siendo la razón que la inversión privada —tanto nacional como extranjera— no parece comenzar a reanimarse ni este año ni los subsecuentes.
El crecimiento que podremos observar este 2021 será básicamente producto de que los Estados Unidos tendrán un magnífico año en materia económica, lo cual hará que adquieran mucho más mercancías y servicios en virtud de los acuerdos comerciales firmados en el T-MEC; pero este impacto se moderará, sin lugar a dudas para el 2022.
Si no se cometen errores graves, es posible que este año podamos recuperar cerca de 5% de lo perdido, pero de este porcentaje, 80% será debido al aumento de nuestras ventas netas al exterior. Es importante resaltar que la formación bruta de capital fijo que decreció 16% en 2020, este año se espera caiga 4%, y esto es muy grave.
Dicen los estudiosos de la economía que para poder disminuir los índices de pobreza, deberíamos ser capaces de crear un millón de empleos formales por año, y para llegar a ello tendríamos que crecer al 4%; para que esto se pueda dar, la inversión bruta fija en el país (pública y privada) debería representar el 25% del PIB. En el 2018, después de 10 años de grandes esfuerzos llegamos del 18% al 20%, actualmente ya regresamos al 18% y vamos hacia el 16%, ¿por qué?, simplemente porque las políticas públicas implementadas por esta Administración no han sido favorables para incentivar la inversión, sino todo lo contrario.
Ya se ha mencionado hasta el cansancio el daño que se hizo con la cancelación del Aeropuerto de Texcoco y de la fábrica de cerveza en Mexicali, pero no ha sido solo eso, sino muchas cosas más como las reformas a la industria eléctrica y la nueva iniciativa para cambiar la reforma energética; amén de los ataques diarios a las empresas que simplemente tratan de defender lo que en derecho procede, o las agresiones a los abogados que representan empresas que se quieren defender por los abusos de la autoridad, ya sean nacionales o extranjeras.
Se está generando un movimiento desde el Gobierno para hacer parecer como que la empresa privada es el enemigo a vencer y esto es muy peligroso dado que atenta contra el derecho Constitucional a la propiedad privada.