“La respuesta se limita a victimizarse y alegar un complot”
El primer caso, al menos del cual nos enteramos gracias a un video, sucedió en Cajeme, Sonora, donde una señora de 95 años fue inyectada con una jeringa vacía. ¿Qué dijo el encargado de la logística de la campaña de vacunación en Sonora, delegado de la Secretaría del Bienestar y superdelegado, Jorge Taddei Bringas? Pues que el muchacho era estudiante de medicina, que no encontraron dolo, que el pobre chico estaba muy cansado, que ya lo retiraron,que fue un simple error humano y que ustedes disculpen; a la señora la rastrearon para reponerle su dosis y sanseacabó.
Pues no. Porque el pasado 31 de marzo una copia calca de ese incidente sucedió en Tlanepantla, Edomex; en un video grabado por sus nietas, la señora Francisca Robles, de 81 años, fue inyectada con otra jeringa vacía. Cuando al tiempo la familia revisó el video se dio cuenta de que la pasante de enfermera le puso alcohol al brazo y le inyectó a la welita puro aire, brincándose la parte más importante: la llenada con el reactivo del frasquito. ¿Qué dijo el coordinador del Instituto de Salud del Edomex, Javier Lozano? Pues que no hay fijón, que como es intramuscular no había riesgo de que ese aire provocara embolias, que la enfermera estaba muy cansada, que a doña Francisca se le practicaría prueba de anticuerpos para reponerle su vacuna, que fue un error humano y sanseacabó.
Claudia Sheinbaum acusó de difamación a quienes dicen que “fue una acción deliberada del gobierno”
Pues no. Porque lo mismito sucedió a principios de abril en un módulo de la Gustavo A. Madero, donde una enfermera le puso la consabida nada un hombre mayor, siendo denunciado el hecho por su sobrina. ¿Adivinen, amiguitos, qué dijo el IMSS? Que a la enfermera se le retiró su cédula, que fue por cansancio, que fue un error humano y lo demás ya nos lo sabemos.
Por más preocupantes que son estos hechos, lo peor, por mucho, es la respuesta oficial: Claudia Sheinbaum acusó de difamación a quienes dicen que “fue una acción deliberada del gobierno”, y López Obrador afirmó que seguro fue un montaje—a modelo de la CIA, añadió uno de sus delirantes sicofantes. Porque nadie está acusando al gobierno de voluntariamente inyectar aire, pero el hecho es que eso es justamente lo que está pasando una y otra vez, y quien diga que registrar como aplicadas dosis que en realidad se quedan en el frasquito sucede “por error” nos quiere ver cara de tarados: esas dosis extras valen su precio en oro en uno de los países que más lento y mal está llevando su esquema de vacunación anticovid.
Que la respuesta del gobierno sea victimizarse acusando complós en su contra en vez de investigar con todo la posible criminalidad de estos hechos por parte de sus entenados quizá corruptos, tomando acciones contundentes para pararlos, nos indica lo que realmente le importa. Y eso no es la integridad de sus funcionarios, ni la salud o el bienestar de sus ciudadanos.