La vacuna presidencial
Es dable pensar que mañana Liópez Obrador llegue convertido en Ben-Hur dominando dos cuadrigas haladas por furiosos corceles a velocidad de vértigo. Desde ese lugar fustigará a los conservadores. A esto le llama Gil transformismo.
Repantigado en el mullido sillón de su amplísimo estudio, Gil meditaba en la transformación. Sí, en esas transfiguraciones del mundo, de las cosas, de las personas. Los filósofos saben que nada es lo que parece, que todo es apariencia. Gilga llegó a esta conclusión mientras veía y oía al Presidente decir que siempre sí se vacunará. ¡Albricias!
Estos médicos que le han tocado al Presidente son maestros de la duda; primero unos doctores le dijeron que sí se inoculara el biológico (así se dice), pero luego otros facultativos que consultó el mandatario le dijeron que mejor no y que no era indispensable vacunarse pues era rico y había amasado una fortuna en anticuerpos; al final, riguroso como es, nuestro Presidente inquirió a otros médicos, entre los que se cuenta Jorge Alcocer, secretario de Salud, y estos le dijeron que mejor sí se vacunara y él ha admitido esa sugerencia. El Presidente se vacunará, será el último en la fila de los adultos mayores. Bien visto, a Liópez Obrador le tocaba el día de la letra “L” y probablemente en la Biblioteca Vasconcelos, pues hablamos de un habitante egregio de la alcaldía Cuauhtémoc. Ojo: ahí sobró una vacuna. Pero siendo como es el líder de la nación, unos médicos militares pueden ir al Palacio en el que vive el mandatario, porque vive en un Palacio, ¿sí o no? Y ahí en su modesto dormitorio le pueden inocular el biológico, probablemente así quedaría saldado el capítulo de la vacuna presidencial.
A Gamés lo asaltan las dudas en el microbús de su alma. ¿Y si a estas horas, el Presidente consulta a otros médicos y estos le sugieren que no se inocule? Pues nada, que entonces no se vacuna y punto.
Transformismo
La lectora, el lector y le lectere (Gil es inclusivo) se preguntarán por la meditación de Gamés acerca de las transfiguraciones. Esa palabra le cayó en la cabeza a Gil mientras veía al Presidente Liópez Obrador. Mientras informaba a la nación que sí se vacunaría, este hombre de suyo vigoroso y de carácter de acero, o sea de mecha corta, se transformó en un viejecito bueno, casi le ponía “ches” a las palabras, buenochdiach: “A mí me hubiera gustado que me colocaran la vacuna Patria, pero me tocó la vacuna AstraZeneca. No habrá selección de vacunas”. Es dable pensar que mañana Liópez Obrador llegue convertido en Ben-Hur dominando dos cuadrigas haladas por furiosos corceles a velocidad de vértigo. Desde ese lugar fustigará a los conservadores. A esto le llama Gil transformismo.
Una modesta proposición
A Gil le colocaron también la AstraZeneca y tiene una idea: ¿por qué no improvisar el Juego de las Sillas en la Mañanera? Cada silla llevará el nombre de una vacuna: Pfizer, AstraZeneca, Sputnik, CanSino, CoronaVac, Moderna, Johnson. Conspicuos representantes de Morena y del gobierno se presentarán en la Mañanera dispuestos a vencer a sus compañeros oponentes, sillas ya tenemos, de modo que además será muy barato. Esa mañana, el licenciado Bartlett Chu-chu-chu, el Toro Félix Salgado Macedonio, Dolores Padierna, Fernández Noroña, Jorge Alcocer, Mario Delgado, Jesús Ramírez Cuevas, Antonio Attolini. El ganador o ganadora verá en la silla que ocupa el nombre de la vacuna y ésa será la presidencial. Todo por la razón, nada por la fuerza.
A las puertas del INE
¿Y si el Presidente consulta a otros médicos y estos le sugieren que no se inocule?
Primero fueron unos cuantos rufianes de Morenabloqueandolaentradaaledificiodel INE. Luego vinieron más de Guerrero y Michoacán.Sudemanda,sencilla:larestitución de la candidatura de Félix Salgado Macedonio a la gubernatura de Guerrero y otras zarandajas.ElasuntoseencuentrayaenelTrife y el Tribunal fallará en su momento, un momento no del todo claro, pero que sin duda ocurrirá.Losmomentossiempredanproblemas.¿Estabandadeasaltantesseráelpueblo bueno de Guerrero que votó en una encuesta cuyos resultados nadie conoció? No. Se trata de un grupo que ataca a la institución que organiza las elecciones en México. No es poca cosa. Y va por más ante los ojos de las autoridades de la Ciudad de México. Todo esto organizadoporbrigadasquepertenecenalpartido en el poder. Por si tenían dudas del autoritarismo,aquíhayunapruebacontundente.
Todo es muy raro, caracho. Como diría Tolstói: “Todos piensan en cambiar el mundo, pero nadie piensa en cambiarse a sí mismo”.