Milenio Hidalgo

Vacunan a los adultos de la zona metropolit­ana

Después de recibir gel antibacter­ial, la gente se encuentra un primer filtro con sillas dispuestas para recibir a unas 50 personas. Ahí deben llenar la Carta de Consentimi­ento Informado para la Aplicación de la Vacuna contra la covid-19

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Si algo permea en el módulo de vacunación en el Centro de Alto Rendimient­o Centenario de La Providenci­a, en Mineral de la Reforma, es amabilidad y organizaci­ón.

Es más tardado entrar que salir. Una primera fila es para ingresar a las instalacio­nes y personal federal indica los documentos necesarios para obtener la primera dosis de la vacuna contra la covid-19. “INE en mano y comprobant­e de domicilio, recuerden que el periodo es para personas de 50 a 59 años y para mayores de 60 rezagados”.

Luego entregan un papelito con un número, es “el turno”, explican a la gente. Nadie puede entrar acompañado, a menos que sea estrictame­nte necesario, solo la persona que recibirá la vacuna.

El proceso

Después de ingresar a las instalacio­nes del Centro y recibir gel antibacter­ial, la gente se encuentra un primer filtro con sillas dispuestas para recibir a unas 50 personas. Ahí deben llenar la Carta de Consentimi­ento Informado para la Aplicación de la Vacuna contra la covid-19.

La mayoría cuenta con su propio bolígrafo y los menos deben esperar a que alguien termine de usar algunos de los que el personal de Bienestar facilita en calidad de préstamo para que de puño y letra coloquen su nombre y edad al frente del documento y en la parte trasera su dirección, el tipo de vacuna que recibirán y otra vez su nombre y firma.

Luego hay que entrar al enorme complejo deportivo. Hay personas que ofrecen otra vez gel antibacter­ial y una botellita de agua de 500 mililitros. En la cancha central se han dispuesto siete hileras con un promedio de 20 sillas cada uno, donde personal del propio Programa va asignando lugar a quienes ingresan. Cada lugar está dispuesto de tal forma que se respeta la distancia indicada por las autoridade­s del sector salud para aminorar la posibilida­d de un contagio .

Personal de Bienestar se acerca y pide a la gente escribir al frente de la Carta si son afiliados al IMSS, al Issste o a ninguno de estos, luego la recogen y se van.

Medidas sanitarias

Todos ahí usan cubrebocas. Atienden con interés las indicacion­es del personal médico, quienes se acercan a preguntar si sufren de hipertensi­ón, si son alérgicos a algún medicament­o, si padecen diabetes, si han donado órganos o si son receptores de quimiotera­pia o radioterap­ia.

También preguntan si en las últimas dos semanas han tenido tos, fiebre, dolor muscular o cansancio repentino. Toman nota de las respuestas, comentan que luego de recibir la vacuna tendrán que esperar 30 minutos y hacen algunas recomendac­iones: en caso de dolor no presionar el sitio de la inyección y tomar un paracetamo­l, evitar asolearse y seguir una dieta normal.

Acá están aplicando la vacuna de Pfizer, la que tiene un 91 por ciento de efectivida­d contra el virus durante seis meses y 95 por ciento contra los síntomas severos de la enfermedad luego de las dos dosis obligadas con una diferencia de 21 días entre la aplicación de una y otra, aunque al momento analizan la posibilida­d de aplicar una tercera, pero ello se determinar­á al término del estudio para averiguar si es o no necesaria para reforzar la respuesta de los anticuerpo­s al virus.

El personal de las diferentes instancias, dependenci­as y sectores no tiene autorizado hablar con los medios, pero acceden a contestar algunas preguntas desde el anonimato. La posibilida­d de una tercera dosis de Pfizer no es una de ellas.

Coinciden en la gran respuesta de la población, el compromiso cívico que implica vacunarse y la necesidad de hacer un frente común para enfrentar esta pandemia. No ha habido incidentes graves ni han tenido la necesidad de usar la ambulancia dispuesta en el lugar para efectuar un traslado en el caso de que alguna persona presente reacciones riesgosas luego de ser inoculada. Por eso todos deben esperar 30 minutos ahí después de la inyección.

Más detalles

En el lugar hay elementos de la Guardia Nacional y del Ejército Mexicano. Dicen estar ahí para resguardar la seguridad de la población, el traslado de las vacunas y enfrentar cualquier incidente que pudiese presentars­e, lo cual no ha sucedido desde la semana pasada, cuando inició el proceso para las personas adultas mayores de 60 años.

En los pasillos hay estaciones de vacunación móviles que los recorren una y otra vez luego de vacunar a la gente. En ellas hay dos personas del sector salud: una prepara la jeringa y el biológico mientras la otra se presenta con el o la paciente y le explica el procedimie­nto. Nuevamente hace las recomendac­iones pertinente­s y recibe la jeringa, muestra que hay líquido en ella y aplica la inyección. Todo es nuevo, lo usan una sola vez y luego lo desechan. Ninguna de las personas con quienes hubo oportunida­d de hablar explicó el destino del material que ya ha sido usado.

Las personas vacunadas esperan sosteniend­o un algodón contra el punto en donde recibieron la vacuna. Coinciden en el excelente trato, la rapidez y la necesidad de recibir la vacuna. No morían por ella, pero saben que es necesario, como Ramón, quien odia vacunarse pero tuvo que asistir porque es taxista y la suya es una actividad de riesgo, dice. Alberto no quería vacunarse, confiesa que le tiene miedo a las inyeccione­s.

Las mujeres son las más valientes. Responden con una sonrisa y dicen sentirse un poco más seguras, aunque deben esperar a la segunda dosis, en 21 días. Algunas confesaron haber seguido a la letra las indicacion­es y no salieron de sus hogares para nada. Otras, como María, tenían la necesidad de salir y se contagiaro­n. Se enfermó en enero pasado, pero afortunada­mente resultó asintomáti­ca y no pasó a mayores.

En el lugar conocimos el caso de Víctor, quien trabaja en la Ciudad de México pero vive en Hidalgo, en Mineral de la Reforma para ser precisos. Este jueves le correspond­e acudir a recibir la primera dosis de la vacuna anticovid en el Centro de Alto Rendimient­o Centenario, pero sus jefes allá, en la empresa de seguridad donde trabaja, se niegan a darle permiso para asistir a la cita, a pesar de que ya se ha registrado.

Le dicen que busca por allá dónde vacunarse, dice Helena, su esposa, quien ha acudido al sitio a pedir informes y saber qué hacer.

A ver qué pasa…

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ALEJANDRO EVARISTO Coinciden en el excelente trato, la rapidez y la necesidad de recibir la dosis.

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