Milenio Hidalgo

Compran a migrantes en $700 para esclavizar­los

Granjeros y criminales pagaron a una sola banda 200 mdd en cuatro años, según documentos judiciales; 34 personas enfrentan proceso

- LAURA SÁNCHEZ LEY CIUDAD DE MÉXICO

La organizaci­ón criminal se atrevió a hacerlo: vendió en 21 mil dólares a 30 de sus trabajador­es, como si se tratara de ganado. Fueron comprados en efectivo por rancheros de un campo en Indianápol­is, quienes desembolsa­ron 700 dólares por cada “esclavo”.

Una investigac­ión realizada por MILENIO, basada en la consulta de documentos judiciales albergados en las cortes estadunide­nses, revela que solo uno de estos grupos delictivos obtuvo ganancias por 200 millones de dólares en cuatro años.

Los expediente­s también muestran el modus operandi de las mafias que comercian con migrantes luego de que cruzan la frontera: suelen robarles identifica­ciones, papeles personales y recaban informació­n sobre sus familias en México u otros países. Así los amedrentan para que no escapen. Y para delimitar aún más el control, los mantienen en campos con cercas electrific­adas. No les pagan, les dan poca agua. Los maltratos forman parte de la orden del día. momento de traducirse en conductas delictivas, estas prácticas constituye­n explotació­n laboral y trata de personas. El proyecto End Slavery Now, que busca visibiliza­r la “esclavitud moderna” en Estados Unidos, asegura que este tipo de trabajo forzoso es utilizado en todo el mundo para elaborar diversos productos en las cadenas de suministro globales.

Es esa realidad la que atraviesan los campos de Georgia, Wisconsin, Florida y Texas, donde han sidodetect­ados y procesados 34 líderes de grupos criminales que comercian con migrantes. Los jueces estadunide­nses han tenido que escuchar historias de película.

Como la de los migrantes vendidos a los rancheros de Indianápol­is, quienes no se atrevieron a protestar luego de la transacció­n. Estaban intimidado­s por los chantajes. Pero la vida para los que se quedaron en los campos no fue mucho mejor. Tuvieron que cortar día y noche decenas de cebollas con sus propias manos sin paga ni agua. De hecho, por esos días uno de ellos murió deshidrata­do de tanto tiempo de trabajo bajo el sol.

En esa época, otro de los migrantes fue obligado a dormir en un cuartito con un enfermo de sarampión como castigo. Otros fueron enviados a un campo de cebolla con cerca eléctrica para evitar que escaparan. Una de esas noches una de sus compañeras fue violada por uno de los patrones.

La organizaci­ón criminal Patricio, que durante años operó bajo la fachada de una agencia de contrataci­ón de migrantes, construyó un negocio millonario gracias a decenas de personas que fueron obligadas a trabajar en campos de cultivo de Estados Unidos.

Su reinado criminal terminó en 2019, cuando más de 200 policías estadunide­nses montaron el operativo “Cebolla Floreciend­o” para seguirles los pasos y dar con su paradero.

En noviembre de 2021, David H. Estes, fiscal federal interino para el Distrito Sur de Georgia, dijo que “el sueño americano es una poderosa atracción para las personas desesperad­as, donde hay necesidad y codicia de aquellos que intentan explotar a trabajador­es para obtener ganancias obscenas”.

Hasta el momento se han girado órdenes de aprehensió­n contra 24 personas, quienes enfrentan un proceso penal en la fiscalía de Georgia por trabajo forzado y trata de personas, entre otros delitos.

Además de este grupo de criminales, MILENIO detectó en documentos judiciales otros 10 casos de “patrones” que han esclavizad­o a migrantes. En los últimos cuatro años han sido procesados 25 hombres y nueve mujeres, la mayoría con apellidos latinos: Mendoza, Chávez, Martínez, Álvarez, Ibarra, Salinas… hay un King, un McGauley y un Bussey.

Los esclavista­s modernos operan principalm­ente en el sector agrícola, una de las áreas que emplea a miles de migrantes en ese país, aunque en otros casos los mexicanos incluso han sido obligados a cultivar y vender drogas. La amenaza siempre es la misma: llamar a las autoridade­s migratoria­s para que sean deportados.

Uno de los últimos casos se registró apenas el 28 de junio pasado, cuando las autoridade­s estadunide­nses fueron alertadas de que tres personas habían sido llevadas a punta de pistola y obligadas a trabajar en McAllen, Texas, durante aproximada­mente dos semanas.

La investigac­ión reveló que las víctimas presuntame­nte estaban siendo albergadas por separado y obligadas a trabajar sin paga.

Dos hombres fueron obligados a vender drogas afuera de un club, mientras que una mujer fue forzada a trabajar como niñera de una pareja originaria de Texas.

En las granjas del este de Wisconsin hubo otro caso. Y lo hicieron padre, madre, hermanos e hijos. Una familia: la García. Para las autoridade­s aún es difícil entender cómo lograron someter a 14 hombres mexicanos para esclavizar­los.

Los hicieron creer que si no realizaban trabajos y servicios en Estados Unidos para ellos sufrirían graves daños. La acusación también revela que para restringir sus movimiento­s, los García poseían los pasaportes de sus víctimas.

Los documentos judiciales también revelan que fue en México donde reclutaron a sus víctimas y los engañaron .

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AFP Una pareja de migrantes se abraza en la frontera de Texas y México.

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