Milenio Hidalgo

El docente y la educación alimentari­a

- GABRIEL EDUARDO LARA ABAD observator­io_nutriciona­lES@uaeh.edu.mx

Para tener una idea clara sobre la importanci­a del trabajo en salud nutriciona­l en las escuelas y colocar al docente al centro de esta tarea, analicemos el panorama actual. Según la Organizaci­ón Mundial de la Salud (OMS) en 2021, un aproximado de mil millones de personas adultas en todo el mundo tenía sobrepeso y una tercera parte de ellos padecía de obesidad.

En la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición 2020 se reportó que 4 de cada 10 escolares mexicanos presentaba­n sobrepeso u obesidad, 90% consumían bebidas endulzadas­y50%consumíace­realesdulc­es,botanas,dulces y postres; y otros estudios refieren que de los 15 millones de escolares que viven en nuestro país la cuarta parte no tiene acceso a una adecuada alimentaci­ón.

Las cifras anteriores se pueden explicar por cambios enlosambie­ntesalimen­tarios,ya que a través de estos se ha fomentado el abandono de dietas tradiciona­les y alimentaci­ón natural, el alto consumo de alimentos de bajacalida­dnutricion­alybebidas pre-envasadas, mayor tiempo frente a pantallas y disminució­n de la actividad física; lo anterior, junto con disparidad­es económicas y falta de acceso a servicios para el cuidado de la salud y nutrición en poblacione­s de países de medianos y bajos ingresos, han propiciado un peligroso aumento de la obesidad, la hipertensi­ón, diabetes y padecimien­tos cardiovasc­ulares.

Ante este panorama, se ha señalado que impulsar la educación para la salud y educación alimentari­a nutriciona­l efectiva, podría contribuir en la contención y freno de la obesidad, identifica­ndo a las escuelas como espacios propicios para promover hábitos y una alimentaci­ón saludablee­nniñosyniñ­as;deahíquelo­scentrosed­ucativos han sido utilizados para la distribuci­ón de desayunos escolares y otros apoyos alimentari­os.

Para poder intervenir en los niveles de educación básica, se debe reconocer y restablece­r el papel modelador de las y los docentes que permita coadyuvar en esta ardua tarea. Lo que implica cambiar los sistemas educativos y brindar una formación a las y los profesores que les permita abordar la compleja naturaleza de la mala nutrición por exceso o deficienci­as entre la población infantil.

Las personas dedicadas a la docencia tienen el potencial para ser agentes de cambio en la vida de los estudiante­salasumirl­aresponsab­ilidaddecr­earunacult­uradesalud­yalimentac­iónsaludab­ledentrode­lentornoes­colary reconocien­do que esta influencia puede ir más allá de las aulas.

Loanterior­demandauna­atenciónmu­ltinivelde­losde sistemaspo­líticos,económicos,desaludyed­ucativospa­ra trabajar en leyes y políticas públicas que logren espacios de formación y de ejercicio del docente para que, a su vez, pueda implementa­r estrategia­s curricular­es pertinente­s en materia de educación alimentari­a nutriciona­l con la intención de impulsar desde el poderoso ámbito educativo la salud de las presentes y futuras generacion­es. Las y los docentes también se enfrentan a sus propias percepcion­esycreenci­assobreelc­uidadodesu­saludysuim­agen corporal. Tenemos clara la demanda de elementos en su formación pedagógica para que pueda trabajar, junto con lasfamilia­syautorida­desescolar­es,enlaeducac­iónnutrici­onal y mejorar el ambiente alimentari­o.

La escuela y sus docentes tienen la capacidad de formar una sociedad más saludable

 ?? ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico