Los Tigres y la humildad perdida

Quejarse del arbitraje en el arranque del torneo, para justificar una derrota en casa, no es lo mejor que hizo Miguel Herrera, el entrenador de los Tigres.

Pero no entiende, no hay manera al parecer de que el Piojo deje de echarle la responsabilidad a todo menos que a su trabajo y al de sus dirigidos.

Me pareció de muy mal gusto que el director técnico de uno de los equipos más poderosos de la Liga Mx no aceptara que si el Cruz Azul les ganó de último minuto fue por sus propios errores. Dijo, entre otras cosas, que sus victimarios llegaron dos veces y metieron tres goles, cuando ellos tuvieron muchas ocasiones de hacer goles y solo pudieron meter dos.

No habrá manera de que los Tigres mejoren y vuelvan a posicionarse como el equipo temible que su nómina ilustra de seguir por este camino.

Días atrás Herrera se metió en otro tema tonto, con su incontinencia verbal, cuando se refirió al brasileño Dani Alves de forma nada respetuosa, reparando en su avanzada edad… Todo porque alguien le preguntó, sin base alguna, que qué le parecería el poder ficharlo.

En el mundo globalizado en el que vivimos la frase del Piojo no tardó en llegar a Alves, que le respondió de forma un tanto agresiva.

Pero en los Tigres no solo es su entrenador el que se niega a guardar un comportamiento no protagónico… Sabemos ya lo difícil que resulta atemperar el carácter rebasado de elementos como Nahuel Guzmán, Gignac, Pizarro… Y la tendencia a la indisciplina de algunos otros.

Me imagino que no debe resultar nada sencillo para la directiva de este equipo encausar los objetivos institucionales por encima de las vanidades de estas figuras. Pero urge esto en los Tigres. No puede ser que no se den cuenta que necesitan humildad para poder volver a ser grandes.

En Tigres no solo es su entrenador el que se niega a guardar un comportamiento no protagónico