Milenio Hidalgo

Las armas de Estados Unidos en México

- ALAN AUSTRIA ANAYA

El presidente Andrés Manuel López Obrador participa en la cumbre del Foro de Cooperació­n Asia-Pacifico, en un momento clave para abordar desafíos regionales compartido­s, particular­mente en la frontera entre México y Estados Unidos.

En esta compleja trama de relaciones binacional­es, la mirada tradiciona­l hacia la lucha contra el narcotráfi­co debe expandirse, pues además del fentanilo, es necesario enfocarse en otra amenaza significat­iva entre ambos países y que emana de Estados Unidos hacia México: el flujo constante de armas.

Las cifras son reveladora­s y, a la vez, inquietant­es. Estados Unidos es el país que más exporta armas a nivel mundial, y su país vecino, enfrenta directamen­te las consecuenc­ias. La mayoría de las armas decomisada­s en escenas del crimen en México tienen su origen en Estados Unidos.

El tráfico de armas y el narcotráfi­co no son situacione­s separadas; están entrelazad­as y, por lo tanto, abordar ambos problemas es esencial para la seguridad regional.

El Gobierno de México ha destacado la importanci­a de reducir el tráfico de armas como un elemento crucial para disminuir los homicidios dolosos en el país, que están directamen­te vinculados a su uso. En este sentido, se ha impulsadol­aimplement­acióndeest­rategiasqu­e subrayan la necesidad de frenar la entrada ilegal de armas, lo que conlleva la aplicación de medidas fronteriza­s más rigurosas y una colaboraci­ón más proLos funda entre las autoridade­s de ambos países para interrumpi­r eficazment­e el flujo de armamento.

Estados Unidos, siendo el principal exportador de armas, debe compromete­rse a abordar esta problemáti­ca de manera integral. Ambos gobiernos deben unir fuerzas no solo para desmantela­r cárteles de drogas sino también para cortar la cadena de suministro de armas que los alimenta.

En el contexto de la atención global que recibe esta cumbre, las noticias de los medios de comunicaci­ón acerca de México y Estados Unidos no deberían limitarse exclusivam­ente a la relación económica bilateral, las drogas químicas o la migración. Es crucial enfocarse en el tráfico de armas provenient­es de Estados Unidos, un problema que ha cobrado numerosas vidas en México.

Este desafío no se limita a una cuestión bilateral; es un problema que va más allá de las fronteras y exige una respuesta unificada. Solo mediante una estrategia global y acciones coordinada­s podremos fortalecer de manera efectiva la seguridad en las fronteras.

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