Desarrollo de capacidades y educación
El estudio del desarrollo de las capacidades se constituye en algo primordial para comprender el sentido político-pedagógico del nuevo currículum.
La búsqueda de una nueva ciudadanía que se caracterice por su sentido democrático, de justicia social, igualdad, inclusión y libertad, encuentra en su camino la necesidad de que la educación sea pensada desde otros ángulos, más diversos y multirreferenciales. Emerge entonces la necesidad de desarrollar capacidades en los seres humanos que apunten a ello. Urquijo (2014) nos dice que el concepto capacidad nace para evaluar el bienestar individual, esto no excluye que pueda ser usado en otros ámbitos de estudio diferentes al de la economía del bienestar, como las políticas públicas, el desarrollo humano, la educación, la ética y la filosofía política, entre otros.
Teresa Yurén (2014) pensando en el desarrollo de una sociedad democrática sostiene que una democracia es tanto más vigorosa cuanto más: a) logra el ejercicio de las libertades que garantizan la igualdad en derechos; b) se realiza mediante el logro de acuerdos negociados; c) está imbricada con la justicia; d) favorece una agencia con sentido práxico, y e) incluye a las generaciones futuras en el contrato social que está en el núcleo del sistema de gobierno. A estos atributos de la democracia corresponden, respectivamente, las siguientes capacidades de los ciudadanos: a) reivindicación de los derechos y cumplimiento de obligaciones; b) deliberación en diversos espacios de participación; c) indig-nación con sentido de justicia; d) agencia con sentido práxico, y e) memoria y promesa responsables.
Pensar en una sociedad diferente, requiere de pensar en el desarrollo de estas capacidades enunciadas por Yurén. En el mismo tenor, y como complemento a la idea, apunto que el enfoque de la capacidad, también llamado por Amartya Sen “enfoque de la libertad”, presenta como valor básico la libertad entendida como capacidad. El concepto de capacidad expresa la libertad real con la que una persona debe contar para alcanzar aquello que valora. (Sen, 2000).
En este sentido, el proyecto político de la Nueva Escuela Mexicana coloca la problemática de la sociedad en la perspectiva de considerar la aplicación de una teoría de justicia social que garantice la defensa de los derechos humanos y el desarrollo de capacidades que posibiliten una vida digna. En concordancia con ello, se plantea una narrativa pedagógica distinta.
Siguiendo nuevamente a Sen (2000) considera que la educación puede ser vista como una libertad y capacidad para el desarrollo, ya que puede favorecer a los individuos por ser un factor sustancial para la mejora de otras capabilidades y, por tanto, esencial también para el bienestar. En su enfoque, Sen (2000) sugiere que la relevancia de la educación en el desarrollo debe ser medida tanto en términos de su contribución directa al crecimiento económico, como en la expansión de otras capabilidades. (Villarreal y Zayas-Pérez, 2021).
Por su parte, Martha Nussbaun (2012) argumenta que las capacidades no son simples habilidades residentes en el interior de una persona, sino que incluyen también las libertades o las oportunidades creadas por la combinación entre esas facultades personales y el entorno político,social y económico (Nussbaum, 2012, 40). Según declara Nussbaum, la idea intuitiva básica de su enfoque de las capacidades es que debemos partir de una concepción de la dignidad del ser humano y de una vida acorde con esa dignidad. Las capacidades se entienden como requisitos mínimos básicos para una existencia digna y formarían parte de una teoría mínima de la justicia social: una sociedad que no las garantice a toda su ciudadanía, en un nivel mínimo adecuado, no llega a ser una sociedad plenamente justa, sea cual sea su grado de opulencia. (GuichotReina, 2015).
Como podemos advertir, el estudio del desarrollo de las capacidades se constituye en algo primordial para comprender el sentido político-pedagógico del nuevo currículum en educación básica, particularmente para no depositar en vacío nociones tan importantes como la democracia y justicia social, cuestiones en la que invariablemente la escuela puede ayudar a comprenderlas desde un posicionamiento praxiológico que se articule con la realidad del entorno social.