Phil Knight, el millonario que arrancó desde un Plymouth
Desde la cajuela de su Valiant dio forma a Nike, una de las marcas más conocidas del mundo
El Plymouth Valiant es considerado una joya del automovilismo, su diseño es elegante y fuerte al mismo tiempo, pero tal vez, una de las cosas más curiosas de este vehículo es que desde la cajuela de uno de sus ejemplares color verde olivo, nació la legendaria marca deportiva Nike, la cual le ha dado a su fundador, Phil Knight, una cuantiosa fortuna que a la fecha asciende a 26 mil 200 millones de dólares.
Los amantes de la velocidad coinciden en que este automóvil fabricado entre 1960 y 1976 por la armadora estadunidense Chrysler estaba hecho para personas aventureras.
Y si hay una palabra idónea para describir a Phil Knight es precisamente esa, aventurero. Pues pese a ser un chico de 24 años, tímido, pálido y flacucho —así se describe en su autobiografía Shoe Dog—, emprendió un viaje de casi un año por varios países de Europa y Asia, acompañado de unos cuantos dólares y una mochila.
Su intención era conocer las diferentes culturas y los lugares más emblemáticos del mundo, pero no todo sería entretenimiento.
Phil Knight nació en Oregón, Estados Unidos. Se licenció en la Universidad de Oregón, pero eso no le era suficiente, por lo que se trazó la meta de obtener una maestría en negocios y se embarcó en una aventura por la Universidad de Stanford. Fue precisamente ahí donde surgiría la idea que lo hizo millonario.
Para obtener su master, Buck —como lo llamaba su padre— necesitaba una tesis, la cual partió de una idea sencilla pero “descabellada”. Sostenía que el éxito estaba en diseñar un producto de calidad en Estados Unidos, fabricarlo en Asia e importarlo para venderlo en el mercado estadunidense. El artículo era el calzado deportivo. “En diferentes ocasiones había fantaseado con la idea de llegar a ser un gran novelista, periodista o estadista. Pero mi sueño siempre había sido convertirme en un atleta de élite”, confiesa Knight en su autobiografía, nada extraño si se toma en cuenta que en su juventud era corredor en su universidad; sin embargo, como él mismo dice: “era bueno pero no extraordinario”. Su pasión por la pista lo llevó a conocer a Bill Bowerman profesor de atletismo obsesionado en encontrar el calzado ideal para sus corredores. Quien le inculcó al joven Knight la importancia de un buen par de zapatos deportivos, por lo que pronto la idea plasmada en su tesis se volvió una obsesión. “No importa que los demás piensen que tu idea parece descabellada, tú sigue. No te detengas. No pares hasta que llegues a tu destino”, dice Knight en su libro tras recordar el miedo al fracaso que lo inundó antes de tomar la decisión de emprender su tan ansiado viaje y hacer una escala en Japón en búsqueda de una empresa que fabricara sus zapatillas deportivas. Así, en 1962 la elegida fue la firma japonesa Onitsuka Tiger, quien tras una breve reunión aceptó que Phil distribuyera sus tenis en territorio estadunidense. El primer pedido que hizo fue de solo 300 pares, los cuales le costaron mil dólares. Mientras él los vendía en la cajuela de su Valiant, su socio, Bowerman, los abría para ver cómo estaban hechos y encontrar la manera de mejorarlos. Se dice que desde el maletero de ese auto, Blue Ribbons Sports —nombre que le dieron a la compañía antes de Nike— facturó un millón de dólares. Más allá de si eso es verdad o no, la realidad es que ahí fue donde se cimentaron las bases de la que según Forbes es la marca más poderosa del mundo actualmente, solo por debajo de Lego y Google. Como dato curioso, Nike significa en griego victoria, y la famosa “palomita” que tiene como logo fue diseñada por una estudiante de diseño gráfico llamada Carolyne Davidson, a quien Phil le pagó solo 35 dólares. Sin embargo, años después fue recompensada con un anillo de oro y diamantes con la forma del logotipo y con un buen puñado de acciones.