CON 101 AÑOS, ORGULLOSO DE SU DESCENDENCIA
Vidal Plascencia Rodríguez encabeza una familia de cuatro generaciones. Casado con Juanita Morales Gutiérrez, es el feliz padre de siete hombres y tres mujeres, abuelo de 22 niños y bisabuelo de seis. “Lo más importante es estar reunidos en familia, sient
Don Vidal Plascencia Rodríguez, de 101 años de edad y cabeza de una familia de cuatro generaciones, expresó sentirse muy orgulloso de sus 10 hijos: siete hombres y tres mujeres.
Casado con Juanita Morales Gutiérrez, agregó que los 10 fueron buenos hijos, estudiosos y muy trabajadores.
Don Vidal, originario de Guadalajara y con más de un siglo de vivencias, es padre de Esther, Vidal, Samira, Eliseo Gabriel, José Luis, Perla, Arturo, Felipe, Mario y Marco Antonio.
Además, es abuelo de Miguel Ángel, Christian Alan, Janette Beatriz, César Josué, Aldo Iván, Brenda, Viviana, Lupita, Michel Sahir, Edith Gabriela, Mayra Karina, Aarón Joel Alejandro, Gabriel, Erick, Claudia Elizabeth, Perlita, Esmeralda, Pedrito, Paola, Arturito, Galileo y Naomi; y bisabuelo de María Fernanda, Mateo, Ivana, Mauricio, Ashley Dánae y Luis Alejandro.
Manifestó sentirse contento de convivir en reuniones, celebraciones y cumpleaños con toda su familia, “ya que lo más importante es estar reunidos en familia, siento mucho gusto, estoy contento por ver a todos juntos, además de que nos divertimos mucho”.
Comentó que conserva el gusto por la música de mariachi, “me gustan todos los géneros, pero en especial los pasos dobles con mariachi”, de manera particular le agrada la melodía “Granda”, la cual cantó a capela al recordarla con gran satisfacción.
Expresó ser aficionado del actual campeón del futbol nacional, Chivas de Guadalajara, y aunque dijo no tener un ídolo o preferencia por algún jugador en particular siempre ha sido seguidor del Rebaño Sagrado, el cual es integrado sólo por futbolistas mexicanos.
Vidal Plascencia Rodríguez, quien ostenta gran lucidez, recordó algunas de sus travesuras que llegó a hacer cuando apenas era un niño.
Dijo que esta ciudad ha crecido mucho, “Guadalajara ha cambiado en muchas cosas: en diversiones, en música, en todo fue cambiando poco a poco, se veían cosas muy distintas antes, en relación a mi niñez y juventud ha cambiado, antes era más pacífico y más tranquilo”.
Mencionó que trabajó en la Fábrica de Hilados y Tejidos de Atemajac, en Guadalajara, “comencé a trabajar en la fábrica cuando tenía como 18 años y ahí duré un cuarto de siglo, después me fui al gobierno durante algunos años, donde me jubilé y me pensionaron”.
Indicó que recuerda muchas cosas de su infancia, como cuando jugaba básquetbol, “pero me gustaba mucho más practicar futbol”.
Don Vidal, compartió que nació en el barrio de Mezquitán, en esta ciudad, pero toda su infancia y juventud la vivió en Atemajac, ya casado con Juanita Morales Gutiérrez vivió unos años en la Ciudad de México, “pero después retornamos a Guadalajara”.
A su vez, Perla Plascencia Morales, la sexta de 10 hermanos, dijo admirar mucho a su papá, “ha sido muy disciplinado en su alimentación y gracias a eso siempre ha sido una persona muy sana, incluso, no recuerdo que haya tenido alguna enfermedad grave, todo el tiempo ha sido una persona muy fuerte”.
Comentó que hasta la fecha sigue con su alimentación balanceada, “cuida mucho los detalles de lo que come y gracias a eso tiene más de un siglo de vida, yo lo quiero mucho y así como es él quisiera que Dios me diera la licencia de heredar lo que él ha logrado”.
Recordó cuando ella tenía seis o siete años, “uno de nuestros pasatiempos era ver caricaturas, y en ese entonces mi papá tenía una tienda, nos regalaba dulces y refresco, lo que nosotros eligiéramos para ver caricaturas, lo cual nos relajaba, nos gustaba mucho eso”.
Señaló que cuando ella tenía como 11 o 12 años “nos llevaba mucho a pasear a varios lugares, como a la Barranca de Huentitán, a los Camachos a comer mangos, a San Martín de las Flores, en Tlaquepaque; a la laguna de Cajititlán, en Tlajomulco de Zúñiga”.
“Durante el paseo aprovechábamos una sombrita y nos sentábamos a comer, recuerdo que en algunas ocasiones nos preparaba loches de sardina, nos sabían bien ricos, y ahí nos la pasábamos muy a gusto”.
Mencionó que de niños vivían en la calle Zoquipan, “enfrente era puro llano, lo que actualmente es Colinas de Atemajac, nos íbamos a jugar todos los hermanos, nos divertíamos saltando, jugábamos varias cosas, y al final, cuando mi papá ya quería que nos metiéramos a la casa hacía sonar a lo lejos un silbato que tenía y al escucharlo regresábamos a la casa, y así terminaba el juego por ese día”.
“Recuerdo que cuando mi papá cumplió 93 años, pidió de deseo que Dios le diera licencia de cumplir siete más, porque su propósito era llegar a 100 años, y gracias a Dios tiene 101 años, lo veo muy bien y muy feliz”, subrayó.
Estoy contento por ver a todos juntos, además de que nos divertimos mucho” En relación a mi niñez y juventud (Guadalajara) ha cambiado, antes era más pacífico” Vidal Plascencia Rodríguez PADRE DE FAMILIA
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