Martín Caparrós, el inventor de La Historia
El periodista narra en este libro el desarrollo de una civilización tan antigua como inexistente, descubierta por un historiador argentino
Martín Caparrós cumplió 60 años en mayo. En su espalda lleva una gran trayectoria como reportero, uno de los más importantes en las últimas décadas en el ámbito de lengua hispana. Pero también se ha ganado un lugar como narrador con distintas obsesiones, fantasmas y preocupaciones, algunas de ellas ligadas con lo que escribe en sus textos periodísticos, en especial sus crónicas.
Uno de sus proyectos monumentales no está en proceso de escritura ni se publicó hace pocos años, sino hace casi dos décadas: La Historia, un volumen de cerca de mil páginas, del que el escritor argentino se muestra más que orgulloso; su recuperación hace algunas semanas bajo el sello de Anagrama lo concibió como su mejor regalo de cumpleaños.
Si bien en su bibliografía hay títulos como A quien corresponda,
Los Living, Comí y Echeverría;
las crónicas Una luna y Contra el cambio. Un hiperviaje al apocalipsis climático y El hambre, en la intimidad siente que su único libro es ese recorrido en el que se narra la historia de una civilización antigua descubierta por un historiador argentino, en gran parte gracias a un libro publicado en Francia en 1770.
En ese volumen, uno de los jefes de esa tribu relata la historia, las creencias y estilos de vida de una civilización inventada. Es una novela que solo tuvo dos ediciones en Argentina y que resultaba casi imposible de encontrar en la actualidad, de ahí la importancia de que Anagrama se haya decidido a publicar un volumen de mil páginas, lo que ya no es tan común en la actualidad.
Su prestigio
En su momento Juan Goytisolo la definió como una obra “rica y ambiciosa”; para Héctor Aguilar Camín se trataba de “la novela más ambiciosa que se ha escrito en el continente desde Terra Nostra de Carlos Fuentes”, mientras que para Alan Pauls se trata de “algo tan desconcertante como la novela que Borges nunca escribió, un libro dotado de todo lo que Borges recelaba en el género ‘novela’: un verdadero monstruo de ambición y de voluntad literarias”.
La Historia narra el devenir de un historiador argentino que descubre un misterioso libro que “acaso contenga el mito fundacional de su país”.
“El historiador decide dedicar su vida a estudiar y anotar ese texto, que lo cuenta todo sobre una civilización apenas conocida cuya influencia, sin embargo, puede rastrearse en el pensamiento de la Ilustración y en las revoluciones modernas. Esa crónica titulada La
Historia y las notas de su exégeta presentan con detalle la vida de esta civilización imaginaria: sus costumbres sexuales, su gastronomía, sus ritos mortuorios, su comercio, sus formas de guerra, su literatura, su arquitectura, sus amores, sus enfermedades, su industria, su teología, sus intrigas cortesanas, su final...”.
Caparrós dijo en una entrevista para sin embargo.com que se trata del “libro que me importa más haber escrito”, en el cual muestra “la reconstrucción de una civilización que nunca existió”.
En el proyecto periodístico y literario del argentino hay una búsqueda: tratar de entender la historia de su país, aun cuando ya no viva en él, sin por ello hacer a un lado su interés por lo global: “Tratar de entender una historia curiosa, de un país que hace 50 o 60 años parecía que iba a ser uno de los más prósperos de la región y fue cayendo”.
“Ahora la historia de la Argentina es la historia de un gran fracaso, por lo tanto tenía más ganas de entenderlo y hacerlo a través de distintas maneras: puede ser un largo recorrido por las provincias, como en El interior, o una novela como Echeverría”, dijo a MILENIO (15/11/2016).
Si bien La Historia apareció cuando Caparrós ya tenía cuatro novelas publicadas y después han venido cuando menos otras seis, esa mirada al pasado de su país forma parte de una de sus obsesiones, no solo interesado en la manera en que se construyen las identidades, sino “cómo se arman esos discursos que después se consolidan tanto que después uno ya no se da cuenta que alguien lo inventó: espero que esas identidades tiendan a disolverse, porque estoy en contra de las identidades nacionales. “Lo que me parece interesante de la historia es ver cómo son un invento; tendemos a considerarlas como esencia inmutable y no, se inventaron hace 200 años”, ha comentado Caparrós, quien con la reedición de La Historia recuerda una obra con la que se dio diferentes gustos, como “escribir todo lo que se me ocurría”.