Gobernación ha informado 417
Casos a la fiscalía para la atención de los delitos contra las mujeres, luego de detectar anuncios susceptibles de ilícitos
Encontrar el amor ideal o empleos con altos ingresos en cortos turnos son los ganchos que usa la delincuencia en anuncios clasificados de periódicos y publicaciones de todo tipo, con el objetivo de atraer a quienes caerán víctimas de la trata de personas.
Una vez enganchados, los explotan con fines sexuales o laborales y hasta para el robo de órganos. Contra esta industria, la Secretaría de Gobernación (Segob) ha revisado en tres años más de 7 millones y medio de mensajes en el país.
La trata se ha convertido en la tercera entrada de recursos ilegales para organizaciones criminales, solo detrás del tráfico de drogas y armas, con más de 63 mil víctimas en el mundo entre 2012 y 2014, de acuerdo con el Reporte Global de Tráfico Humano de la Oficina contra las Drogas y el Delito de la ONU (UNODC por sus siglas en inglés).
En el caso de México, se registraron ingresos ilegales de mil 267 entre 2009 y 2015, según el Informe Anual 2015 de la Comisión Intersecretarial contra la Trata de Personas.
Martha Gutiérrez es responsable de la dirección de Medios Impresos, área que desde 2014 ha revisado los anuncios clasificados para evitar que se conviertan en la correa de transmisión de esas mafias que en su mayoría —67 por ciento— buscan a mujeres y niñas, pero también hombres y niños.
La funcionaria señala que han informado 417 casos a la fiscalía especializada para la Atención de los Delitos contra las Mujeres y Trata de Personas, de la Procuraduría General de la República (PGR), tras detectar anuncios considerados como susceptibles de algún delito.
De acuerdo con el Protocolo de Tráfico de Personas de la Convención de la ONU contra el Crimen Organizado, la explotación incluye como mínimo la prostitución de terceros u otras formas de explotación sexual, trabajo o servicios, esclavitud, servidumbre o la remoción de órganos.
La directora de Medios Impresos de la Subsecretaría de Normatividad y Medios de Gobernación dijo que los anuncios clasificados disfrazados para cometer trata de personas solicitan pareja, servicios de empleos domésticos o trabajos de cualquier tipo, y pueden dar una señal para que la autoridad investigue.
“Ya tuvimos un caso que fue particularmente notorio para nosotros, pero además nos da un parámetro de cómo puede llegar esta creatividad a la comisión de delitos; era un anuncio de un taller de acumuladores y de amortiguadores y en realidad era un lugar donde se llevaba a cabo el delito de trata”, dijo.
Gutiérrez explicó que tras estos anuncios hay también trabajos forzados de jornaleros o cualquier tipo de explotación, sin consentimiento de las personas, donde se enganchan principalmente migrantes o los grupos más vulnerables de la población, como mujeres, niños y adolescentes.
Advirtió que la trata es un asunto serio y debe sancionarse a quien utiliza la explotación de personas, prácticamente en condiciones de esclavitud. “Aquí hay un tema importante, hay consumo. Para que esto sea negocio tiene que haber demanda, entonces tiene que ir en dos vías, por una parte identificar el delito, pero por otra también a quien consume”, señaló.
Cuando el gobierno se ha adherido a la campaña #AQUÍESTOY contra la Trata de Personas, junto con la Oficina contra las Drogas y el Delito de la ONU, Gutiérrez advierte la importancia de que la sociedad conozca estos métodos de engaño, de manera que pueda proteger a las víctimas potenciales de engancharse.
También destaca que entre los 15 mil medios impresos con registro de licitud en el país, Gobernación ha iniciado una campaña de sensibilización y muchos de ellos han colaborado con la prevención al detectar, desde sus áreas de comercialización, mensajes que pudieran prestarse a cometer el delito de trata de personas.
De acuerdo con el Reporte Anual 2015 de UNODC, sobre los fondos para víctimas de tráfico de personas —a los cuales México ha tenido acceso en el caso de las muertas de Juárez, pero tienen 20 proyectos en todo el mundo—, la explotación de seres humanos es un lucrativo negocio que deja millones de dólares para el crimen organizado que victimiza a millones de personas alrededor del mundo.
El documento destaca que el tráfico de personas cruza fronteras o mantiene a sus víctimas en su propio país, y generalmente éstas buscan un futuro mejor y son lastimadas de maneras inimaginables mediante diversas formas de explotación, desde la sexual hasta trabajos forzados, servidumbre doméstica, mendicidad, crímenes menores, criminalidad forzada, remoción de órganos y otros fines.
Las víctimas son explotadas en empresas pesqueras, minas, burdeles, granjas y hogares, entre muchos otros lugares. Algunas son físicamente prisioneras mediante cerraduras, rejas o guardias; mientras, con aparente libertad para salir, son controlados por otros métodos, incluido el abuso físico, sexual y psicológico. “La brutalidad e injusticia asociadas al tráfico de personas es inconmensurable para cada víctima”, según la ONU.