Trump según 27 psiquiatras
Acaso no haya adjetivo más sencillo de lanzar a Donald Trump, al menos desde que se convirtió en una figura política, que el de “loco”. Diagnóstico que quizá no pocas veces salga de gente con similares características o cuadros peores, pero que ha tomado cada vez más fuerza conforme avanza la gestión del jefe de la Casa Blanca, con el detalle de que deja de ser anecdótico para pasar a la categoría de preocupante dado el poder que detenta, uno con alcance mundial.
Dejando de lado el hecho de que uno de cada tres estadunidenses cree que la salud mental de su presidente es “pobre”, el psiquiatra forense Bandy Lee, de la Escuela de Medicina de Yale, ha consultado a 27 especialistas en salud mental para editar el libro The Dangerous Case of Donald
Trump, en el que más allá de coincidir en que a nadie con una inestabilidad mental como la del mandatario debieran confiársele poderes de vida o muerte, como los que incluye la presidencia, también exhiben qué tan volátiles han llegado a ser el personaje y el american way of life.
Así lo percibe Nick Pachelli en su nota de Esquire, donde detalla que el autor del libro organizó una serie de conferencias en las que los expertos reconocieron que Trump no es el único presidente en mostrar síntomas de enfermedad mental, pues ya en 2006 un estudio encontró que la mitad de los gobernantes de Estados Unidos en el pasado sufrían algún trastorno, pero sí es el primero que representa una amenaza significativa ante la cual urge actuar.
“Hedonista en extremo”, “narcisista maligno”, “poseedor de una peligrosa colección de los más destructivos síntomas psiquiátricos para un líder” e “innegable sociópata” son algunas de las conclusiones a las que han llegado los expertos reunidos por Lee, quien argumenta que este libro existe para cambiar el curso de las conversaciones públicas sobre la salud mental de Trump, es decir, pasar de las diatribas y señalamientos por sus “locuras”, “niñerías” o “payasadas” a centrarse en la “perpetuación de una normalidad maligna”.
El autor advierte que todos estos signos y comportamientos no van a desaparecer, sino a empeorar, y recomienda que así como cada oficial militar es evaluado mentalmente, debe procederse igual con el comandante en jefe. Ya.